Pitanga del Surinam, Cerezo del Surinam, Cerezo de Cayena, Cerezo del Brasil, Capulí, Guinday, Ñangapiré, Pedanga,... todos estos nombres y más recibe este arbusto sudamericano de la família de las Myrtaceae. Sus nombres científicos son también numerosos: Eugenia uniflora, Eugenia microphylla, Myrtus brasiliana, Stenocalyx uniflorus y Plinia pedunculata. Los indios del Paraguay y nordeste de Argentina lo llaman Ñanga-pirí en su idioma guaraní.
Fruto maduro de Eugenia uniflora en Noviembre. Llaman la atención las hojas que con el frío del otoño adquieren un vivo color rojo sangre al sintetizar antocianos como mecanismo de defensa contra las bajas temperaturas. La Pitanga de la foto es un ejemplar cultivado en un pueblo costero de la Isla de Mallorca situada en el oeste de la cuenca mediterránea, donde las heladas son raras, suaves y de escasa duración.
Flores de Pitanga del Surinam en abril. Tienen la estructura típica de todas las mirtáceas. Llama la atención la tenue línea rojiza que recorre los pétalos y el vivo color rojo sangre de las hojas.
Mismas flores anteriores vistas desde otro ángulo. Despiden un suave perfume que atrae a las abejas polinizadoras.
Hojas de Pitanga del Surinam en febrero, el mes más frío de Mallorca. La concentración de antocianos es máxima. Con este color tan oscuro las hojas se calientan con los rayos solares y evitan así que el frío intenso las congele. En los inviernos especialmente fríos con fuertes heladas la Pitanga se comporta como caducifolia y pierde todas las hojas para sobrevivir. Temperaturas inferiores a -3ºC matan a los ejemplares jóvenes y las inferiores a -5ºC dañan mortalmente las plantas adultas.
En verano las hojas carecen de antocianos y tienen un bonito color verde claro. Las hojas machacadas contienen una resina que repele las moscas. La infusión de las hojas tiene propiedades diuréticas, digestivas y antidiarréicas. La decocción de la corteza en forma de gárgaras alivia las afecciones de garganta.
En Sudamérica la Eugenia uniflora es un arbusto tropical de hoja perenne y florece y fructifica varias veces al año. Su hábitat natural son las selvas tropicales de las dos Guyanas, Surinam, Argentina, Brasil y Paraguay. Los mercaderes portugueses la llevaron al Lejano Oriente donde en la actualidad se cultiva profusamente como planta ornamental en la India, Filipinas, Samoa, Sri Lanka y China, aunque también se consumen sus frutos. En las últimas décadas ha sido introducida como planta de jardín en otros muchos países del mundo con climas tropicales, subtropicales y templados, gracias a su adaptabilidad y a su capacidad para comportarse como caducifolio. En algunos países se ha asilvestrado.
Pitanga o Cereza del Surinam de un intenso color rojo oscuro muy brillante. Llaman la atención las ocho costillas. La pulpa es muy jugosa y dulce y tiene un exótico sabor resinoso, menos acentuado si está bien madura. Es rica en vitaminas y minerales, especialmente vitamina A, hierro, calcio y fósforo. El zumo fresco de pitanga es delicioso. Con la pulpa se preparan jaleas y mermeladas.
Detalle de las ocho costillas y el cáliz persistente. Dentro de cada fruto hay una semilla esférica o dos o tres semillas aplanadas que son muy perecederas y deben ser sembradas cuanto antes, pues en pocos días pierden la capacidad de germinación.
La Eugenia uniflora prefiere las tierras ácidas ricas en materia orgánica con un pH entre 5´5 y 6´5, aunque tolera terrenos ligeramente más alcalinos que no sean salinos. Le gusta crecer a pleno sol desde el nivel del mar hasta los 1700 msnm. y alcanza los 7´5 metros de altura.