Sus madres nacieron en los campos que circundan la ciudad peruana de Trujillo y ellos, mis lúcumos, sobrevolaron en forma de semilla toda América del Sur por encima de las exuberantes selvas del Amazonas, atravesaron luego el inmenso Océano Atlántico y llegaron tras muchas horas de vuelo a Europa.
Hicieron una parada en Sevilla pero no pudieron ver la maravillosa luz cegadora de Andalucía, pues estaban celosamente guardadas en la maleta de mi buen amigo Luís, peruano él, que me las traía como un regalo vivo, un trocito de su amado Perú. "¿Qué quieres que te traiga de mi tierra?", me había preguntado antes de partir en viaje de luna de miel. "Semillas de árboles", le había contestado yo.
Fruto maduro de lúcumo de palo.
Hicieron una parada en Sevilla pero no pudieron ver la maravillosa luz cegadora de Andalucía, pues estaban celosamente guardadas en la maleta de mi buen amigo Luís, peruano él, que me las traía como un regalo vivo, un trocito de su amado Perú. "¿Qué quieres que te traiga de mi tierra?", me había preguntado antes de partir en viaje de luna de miel. "Semillas de árboles", le había contestado yo.
Desde Sevilla continuaron su largo viaje y volaron hacia el este, hacia el sol, hacia el viejo Mar Mediterráneo, donde una pequeña isla de rocas blancas y un cielo luminoso intensamente azul les esperaba amorosa para adoptarlos y ser su nueva madre de ultramar.
Flor de lúcumo de seda.
El Lúcumo del Perú, de nombre científico Pouteria lucuma, Lucuma obovata o Achras lucuma, es un frutal subtropical de los valles andinos, especialmente abundante en el Perú, donde crece entre los 1000 y los 3000 msnm. También vive de manera natural en Ecuador, Colombia, norte de Chile y Bolivia. Pertenece a la família de las Sapotaceae y es todavía practicamente desconocido en el resto del mundo. Se está cultivando con más o menos éxito en Costa Rica, México y Hawai. También se ha intentado su cultivo en Florida y California, pero los frutos obtenidos han sido de mala calidad y algunos árboles han muerto por las heladas. Los primeros resultados de su siembra experimental en Australia y Nueva Zelanda parecen prometedores. Dada su buena adaptación a climas de tipo mediterráneo libres de heladas su cultivo podría ser exitoso en Sudáfrica y las zonas costeras del Mediterráneo. Su nombre procede de la palabra quechua lucma o rucma. Se conocen dos variedades: el lúcumo de palo y el lúcumo de seda. Las diferencias entre ambos son escasas y se limitan a la forma de los frutos, la textura de la pulpa y las hojas.
Hojas de Lúcumo de Seda. Es muy llamativo su gran parecido con las hojas del laurel.
El lúcumo del Perú es un árbol de hoja perenne que puede alcanzar hasta 20 metros de altura en condiciones óptimas de crecimiento, aunque en general no suele superar los 8 ó 9 metros. Las hojas miden entre 12 y 25 centímetros de longitud. Son lanceoladas y enteras y están dispuestas en forma alterna sobre el tallo. En algunos cultivares tienen los márgenes ondulados. Los brotes nuevos y los cálices de las flores son pubescentes, cubiertos por una suave lanosidad marrón.
Haz de las hojas de las dos variedades de lúcumo. Las hojas del lúcumo de seda son alargadas, acabadas en punta y más anchas en su mitad distal, mientras que las del lúcumo de palo son más redondeadas y más anchas en su parte media. Ambas tienen entre 10 y 14 nerviaciones dispuestas oblícuamente a cada lado del eje central del limbo.
Envés de las dos hojas anteriores de un color verde más pálido que el haz.
Flores y capullos de lúcumo de seda.
Las semillas que me regaló Luís germinaron sin problemas a las pocas semanas. Temía que el frío del invierno mallorquín pudiera matar los arbolitos recien nacidos, pero resultaron ser más resistentes a las bajas temperaturas y a las heladas que los naranjos y limoneros de mi jardín. También me preocupaba que la tierra calcárea de Mallorca les pudiera quemar las raíces, pero nuevamente me sorprendió su perfecta adaptación a la tierra mallorquina. Han pasado ya 26 años y se han convertido en árboles muy frondosos de más de 4 metros de altura con un tronco de 15 centímetros de diámetro, ramificado a partir de los 50-70 centímetros de altura.
Flores ya fecundadas de lúcumo de palo.
Por propia experiencia he comprobado que, en contra de lo que aseguran algunos agricultores norteamericanos, el lúcumo del Perú resiste perfectamente temperaturas inferiores a +5ºC, incluso cortas heladas de hasta -3ºC. Como ejemplo tenemos el mes de febrero de 2012 que ha sido excepcional en Mallorca por las fuertes nevadas que se han ido repitiendo a lo largo de dos semanas. En mi jardín se ha llegado a acumular una capa de nieve de hasta 8 centímetros que se ha mantenido durante tres días seguidos, cubriendo los lúcumos con un grueso manto blanco. A lo largo de estas dos semanas de nevadas contínuas cada noche las temperaturas han bajado por debajo de los 0ºC y los lúcumos han superado la dura prueba sin presentar ningún daño aparente. Están magníficos.
También he comprobado su excelente resistencia a las elevadas temperaturas del tórrido verano mallorquín, soportando perfectamente los 40ºC de algunos días de agosto. Tampoco le ha perjudicado el viento reseco cargado de finísima arena procedente del desierto del Sáhara, el llamado Sirocco (Xaloc en mallorquín) que sopla varias veces al año llevando las elevadas temperaturas del norte de África hacia el Mediterráneo.
Aunque en su estado silvestre crece por encima de los 1000 msnm, en mi jardín vive estupendamente a tan solo 80 msnm. También en Perú y Chile se cultiva a nivel del mar sin ningún problema. Al igual que los cítricos, al lúcumo le gusta vivir a pleno sol, soportando bien una sombra parcial en sus primeros años.
Tres flores de lúcumo de seda. Recomiendo ampliar las fotos con un doble click para apreciar mejor los detalles.
Las flores son numerosas y crecen en las axilas de las hojas en grupos de dos a tres. Son bastante pequeñas, hermafroditas, actinomorfas y tubulares con cinco pétalos de color verde claro o amarillentos, soldados por su base. El androceo está formado por varios estambres soldados a la corola por la cara interna de los pétalos. Con frecuencia entre los estambres puede haber uno o dos verticilos adicionales reducidos a estaminoides sin ninguna antera en su extremo. El gineceo está formado por un único pistilo compuesto y un ovario en general con 4 ó 5 lóculos, aunque puede tener de uno a catorce, cada uno con un único óvulo axilar.
Detalle de los órganos reproductores de dos flores de lúcumo de seda.
Mis lúcumos tardaron entre 12 y 15 años en florecer por primera vez y un par de años más en dar sus primeros frutos. Me sorprendió mucho su época de floración a principios del verano, coincidiendo con la estación más seca de Mallorca. Aunque resiste muy bien la sequía, la falta de lluvias estivales perjudica mucho la producción de frutos, pues el árbol sufre mucho precisamente en el momento que más agua necesita. Los dos riegos semanales con goteo no son suficientes y el 90% de las flores caen justo después de la polinización o bien cuando empieza a engordar el ovario de los nuevos frutos.
Fruto de lúcumo de seda iniciando el crecimiento del ovario justo después de la fecundación de la flor.
Fruto maduro de lúcumo de palo.
En los valles andinos el lúcumo florece y fructifica durante todo el año. En Mallorca florece a principios de verano y los frutos maduran en otoño. El fruto es una baya. En la variedad lúcumo de seda los frutos tienen una forma redondeada, ovada con el ápice agudo. En la variedad lúcumo de palo los frutos son achatados, basalmente comprimidos con el ápice romo. La piel o exocarpio es fina y delicada y cambia de verde oscuro a verde claro y posteriormente a amarillo a medida que el fruto va madurando. Los indios del Perú esperan a que los frutos caigan al suelo, momento en que todavía no se pueden comer pues su pulpa es muy dura y contiene látex muy amargo. Para acelerar su maduración los entierran en paja, hojarasca o grano almacenado hasta que se ablandan. Entonces la pulpa despide un agradable aroma dulzón y ya pueden ser consumidos.
Pulpa y semillas del fruto anterior.
La pulpa o mesocarpio tiene un color amarillo intenso con un sabor muy dulce y un aroma muy agradable. En la variedad lúcumo de seda la pulpa es harinosa de consistencia muy suave. En la variedad lúcumo de palo la pulpa tiene una consistencia dura y firme. En ambos casos la pulpa representa el 60% del peso total del fruto.
El endocarpio es una membrana muy fina de color amarillo que envuelve varias semillas de color marrón oscuro con una cutícula dura muy brillante, cuyo número puede oscilar entre una y cinco, aunque en general son dos. Con frecuencia las semillas empiezan a germinar dentro del fruto, como se ve en la foto anterior.
En los Andes los frutos del lúcumo pesan entre 150 y 250 gramos, llegando a superar un kilo en algunos cultivares. En mi jardín el peso de los frutos es algo menor, entre 50 y 150 gramos, tal vez por la sequía del verano mallorquín.
En los países andinos la pulpa es muy apreciada desde la antiguedad por los indígenas, aunque no suele consumirse en fresco dada su consistencia harinosa. Se han encontrado restos arqueológicos de cerámica en los cementerios indígenas de la costa de Perú con representaciones de este fruto. A mí personalmente me gusta comer los frutos muy maduros directamente a mordiscos sin pelar, pero en los Andes prefieren consumir la pulpa en forma de helados, batidos de leche, tartas, pasteles, postres, rellenos de galletas, alimentos infantiles, añadida al yogourt, etc... En Perú la pulpa es deshidratada y reducida a polvo y luego se añade como aditivo a todo tipo de preparaciones culinarias.
Edito este artículo el día 11 de septiembre de 2014 para añadir una foto de mi amigo Luís, doctor en Pediatría ya jubilado, que me trajo las semillas de su amado Perú hace más de 28 años. Esta tarde le he llevado a su casa varios lúcumos maduros para que se los coma con su esposa Francisca.
Una receta deliciosa con pulpa de lúcumo--->Bacalao rebozado en salsa de lúcumo del Perú
El endocarpio es una membrana muy fina de color amarillo que envuelve varias semillas de color marrón oscuro con una cutícula dura muy brillante, cuyo número puede oscilar entre una y cinco, aunque en general son dos. Con frecuencia las semillas empiezan a germinar dentro del fruto, como se ve en la foto anterior.
Lúcumo de seda caído ya maduro del árbol a principios de octubre.
En los Andes los frutos del lúcumo pesan entre 150 y 250 gramos, llegando a superar un kilo en algunos cultivares. En mi jardín el peso de los frutos es algo menor, entre 50 y 150 gramos, tal vez por la sequía del verano mallorquín.
Dos lúcumos de seda recolectados a punto de madurar el 1 de septiembre.
El lúcumo del Perú es un fruto con un gran futuro. Es previsible que en las próximas décadas vaya ganando nuevos mercados y nuevos consumidores en todo el mundo. Sería interesante fomentar su cultivo entre los campesinos andinos.
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Edito este artículo el día 11 de septiembre de 2014 para añadir una foto de mi amigo Luís, doctor en Pediatría ya jubilado, que me trajo las semillas de su amado Perú hace más de 28 años. Esta tarde le he llevado a su casa varios lúcumos maduros para que se los coma con su esposa Francisca.
¡Buen provecho, Luís y Francisca! ¡Y muchas gracias a ambos!
Una receta deliciosa con pulpa de lúcumo--->Bacalao rebozado en salsa de lúcumo del Perú