Tras la conquista de las riberas de
los ríos, los márgenes de los lagos y las costas de mares y océanos,
las algas recién convertidas en plantas terrestres, después de una
forzosa y larga etapa anfibia, necesitaron elevarse hacia el sol que les
daba la vida para captar el máximo de energía de sus luminosos y cálidos rayos. Probablemente
tardaron varios cientos de millones de años en lograrlo. Al final la solución fue la lignina.
Bellísima Sequoiadendron giganteum, todavía "joven", originaria de California, fotografiada bajo un luminoso sol de primavera en los Campos Elíseos de Paris.
La Areca de Madagascar, Dypsis madagascariensis,
tiene un tronco muy recto que proyecta sus hojas hacia la luz. Cada año
de crecimiento se traduce en un nuevo anillo formado por la cicatriz
dejada por las hojas viejas al desprenderse. Recomiendo ampliar las
fotos con un doble click.
Impactante tronco de Ficus magnolioides, fotografiado en el Puerto de Cagliari en la Isla de Cerdeña.
Altísimo tronco del Pino de Dammar de Malasia y Filipinas, Agathis dammara, fotografiado en el jardín Botánico de la Orotava en Tenerife.
Altísimo tronco del Pino de Dammar de Malasia y Filipinas, Agathis dammara, fotografiado en el jardín Botánico de la Orotava en Tenerife.
Magnífico tronco de cedro del Himalaya, Cedrus deodara, del Jardín Botánico de Lisboa.
El tallo del Tepejilote cimarrón de México, Chamaedorea oreophila, está cubierto de cicatrices anulares, una por cada año de crecimiento.
Robusto tronco de un Arbol del Coral Sudafricano, Erythrina caffra, fotografiado en el Jardín Botánico de Lisboa.
Grueso tronco de Metrosideros excelsa, un bellísimo árbol de Nueva Zelanda. El ejemplar de la foto embellece la calle principal de la ciudad de Horta, capital de la pequeña Isla de Faial del Archipiélago de las Azores.
Grueso tronco de Metrosideros excelsa, un bellísimo árbol de Nueva Zelanda. El ejemplar de la foto embellece la calle principal de la ciudad de Horta, capital de la pequeña Isla de Faial del Archipiélago de las Azores.
Rugoso tronco de un algarrobo, Ceratonia siliqua, fotografiado en Sa Calobra en la Isla de Mallorca.
Otro algarrobo centenario en el Cerro da Cabeça del municipio portugués de Moncarapacho en la región del Algarve.
Tronco ramificado desde la base de un madroño canario, Arbutus canariensis, fotografiado en las Cañadas del Teide. Llama la atención el color anaranjado de su suave corteza de tacto aterciopelado.
Palmera Joannis de las Islas Fiji, Veitchia joannis, cuya belleza tropical emociona el alma de cualquier amante de la vida. No soy practicante de ninguna religión, pero al levantar los ojos hacia su altísima copa no pude evitar dar las gracias al Ser que me puso sobre la Tierra por permitirme ver esta maravilla de la naturaleza.
Tronco en forma de botella con una gran base de Nolina recurvata o Beaucarnea recurvata de México, fotografiada en un jardín público de la ciudad de Funchal de la Isla de Madeira.
Otro algarrobo centenario en el Cerro da Cabeça del municipio portugués de Moncarapacho en la región del Algarve.
Tronco ramificado desde la base de un madroño canario, Arbutus canariensis, fotografiado en las Cañadas del Teide. Llama la atención el color anaranjado de su suave corteza de tacto aterciopelado.
Palmera Joannis de las Islas Fiji, Veitchia joannis, cuya belleza tropical emociona el alma de cualquier amante de la vida. No soy practicante de ninguna religión, pero al levantar los ojos hacia su altísima copa no pude evitar dar las gracias al Ser que me puso sobre la Tierra por permitirme ver esta maravilla de la naturaleza.
Tronco en forma de botella con una gran base de Nolina recurvata o Beaucarnea recurvata de México, fotografiada en un jardín público de la ciudad de Funchal de la Isla de Madeira.
Bellísimo tronco del Árbol de Júpiter, Lagerstroemia indica,
con sus raíces extendidas que le dan estabilidad y la corteza
completamente lisa con un agradable tacto a terciopelo. Es uno de los
árboles más hermosos del Jardín Botánico de Sóller en Mallorca.
Muy cerca de la catedral de Nôtre Damme de París crece esta Acacia de tres espinas, Gleditsia triacanthos, con sus terroríficas espinas a la altura de los ojos de los viandantes. Parece decir: "Mírame de lejos y no me toques que pincho." Sus espinas son duras como el acero gracias a la lignina.
Tronco de Ceibo de monte, Erytrina falcata, del Jardín Botánico do Funchal situado en la Isla de Madeira.
Impresionante tronco negro de un haya púrpura, Fagus sylvatica "atropurpurea", fotografiada en el Jardin du Luxembourg de París. Fue uno de los árboles parisinos que más me impactó.
Altísimas palmeras datileras, Phoenix dactylifera, con más de 30 metros de altura y unos 200 años de edad, guardando como centinelas colosales el edificio del Jardín Botánico de Sóller en Mallorca.
Bellísimo pino canario, Pinus canariensis, con las cicatrices negras de un incendio reciente marcadas a fuego en su corteza, creciendo feliz en los inmensos pinares de la Caldera de Taburiente en la Isla de La Palma.
Altísimas palmeras datileras, Phoenix dactylifera, con más de 30 metros de altura y unos 200 años de edad, guardando como centinelas colosales el edificio del Jardín Botánico de Sóller en Mallorca.
Bellísimo pino canario, Pinus canariensis, con las cicatrices negras de un incendio reciente marcadas a fuego en su corteza, creciendo feliz en los inmensos pinares de la Caldera de Taburiente en la Isla de La Palma.
Tras millones de años de ensayos adaptativos las
primitivas algas terrestres no sólo se acostumbraron a la ausencia de
agua, a la oxidación del aire y a la insolación, sino que también
aprendieron a reproducirse por esporas y posteriormente por semillas y
lograron sintetizar lignina, un polímero estructural de gran dureza que es la única fibra no
polisacárido que se conoce. Por
fin ya podían erguirse, levantarse del suelo, proyectar sus hojas hacia
el sol. La lignina daba consistencia a sus tallos y sus ramas.
Bellísimo tronco del helecho arbóreo Cyathea cooperi con las cicatrices en forma de panal de miel que dejan las frondes viejas al desprenderse.
Detalle del tronco del helecho anterior.
Imponentes troncos de Cryptomeria japonica naturalizada en las Islas Azores.
Bosque de alcornoques, Quercus suber, en el Parque Natural de los Alcornocales en Cádiz, creciendo en completa libertad sin sufrir el descorchado de su corteza.
Tronco "despellejado" de un viejo alcornoque en una idílica dehesa gaditana de Jimena de la Frontera.
Palmera Real de Cuba, Roystonea regia, con su rectísimo tronco de un blanco inmaculado adornado con una exótica copa de palmas plumosas. Es una de las palmeras más hermosas del Parque del Loro situado en el Puerto de la Cruz en la Isla de Tenerife.
Tronco "despellejado" de un viejo alcornoque en una idílica dehesa gaditana de Jimena de la Frontera.
Palmera Real de Cuba, Roystonea regia, con su rectísimo tronco de un blanco inmaculado adornado con una exótica copa de palmas plumosas. Es una de las palmeras más hermosas del Parque del Loro situado en el Puerto de la Cruz en la Isla de Tenerife.
Troncos
de brezo, Erica arborea, cubiertos de musgos y líquenes, fotografiados
en un bosque de Laurisilva de las Cañadas del Teide.
Magnífico tronco de pino piñonero, Pinus pinea,
de un metro de diámetro con su hermosa corteza rojiza. Es uno de los
árboles más majestuosos de los Jardines árabes de Alfabia, situados en
el municipio mallorquín de Buñola.
Bellísimo tronco anillado de la Palmera fusiforme de las Islas Mascareñas, Hyophorbe verschaffeltii, que embellece el Jardín Botánico de la Orotava en Tenerife.
Tronco de Higuera negra del Pantano, Coussapoa microcarpa,
cubierto de un tupido abrigo de raíces aéreas entrecruzadas. Lo podéis
admirar en el Jardín Botánico de la Orotava de Tenerife.
Tronco de Palmera rubra de Australia y Nueva Zelanda, Chambeyronia macrocarpa, fotografiado en un jardín de la ciudad de Funchal en la Isla de Madeira.
Tronco de Palmera rubra de Australia y Nueva Zelanda, Chambeyronia macrocarpa, fotografiado en un jardín de la ciudad de Funchal en la Isla de Madeira.
Robustos troncos de Pinus pinaster, fotografiados en el Parque Ecológico do Funchal de la Isla de Madeira.
Retorcido tronco del olivo tres veces centenario, Olea europaea, que adorna la plaza del ayuntamiento de Palma de Mallorca.
Palmera cubana llamada Guano barbudo, Coccothrinax crinita, con su curioso tronco cubierto por un abrigo de finísimos pelos lanosos. Forma parte de la impresionante colección de palmeras de todo el mundo que embellecen y enriquecen el Huerto del Cura, la perla del Palmeral de Elche.
Este tronco con múltiples tallos pertenece al árbol más emblemático de los bosques de laurisilva Macaronésica, el Garoé, Til o Árbol Fuente, Ocotea foetens, una laurácea descomunal del maravilloso Bosque de Los Tiles en la Isla de La Palma.
Palmera cubana llamada Guano barbudo, Coccothrinax crinita, con su curioso tronco cubierto por un abrigo de finísimos pelos lanosos. Forma parte de la impresionante colección de palmeras de todo el mundo que embellecen y enriquecen el Huerto del Cura, la perla del Palmeral de Elche.
Este tronco con múltiples tallos pertenece al árbol más emblemático de los bosques de laurisilva Macaronésica, el Garoé, Til o Árbol Fuente, Ocotea foetens, una laurácea descomunal del maravilloso Bosque de Los Tiles en la Isla de La Palma.
Madroño centenario, Arbutus unedo, con la corteza roja, creciendo en el lecho del Torrente de Biniaraix situado en plena Serra de Tramuntana de Mallorca.
Altísimo tronco de una encina centenaria, Quercus ilex subsp. ilex, con la corteza negra, creciendo en un bosque de Escorca en Mallorca.
Impresionante tronco de un Castaño de Indias, Aesculus hippocastanum, fotografiado en París.
Este Ficus elastica es uno de los árboles más hermosos del Parque de María Luísa de Sevilla.
La lignificación de las paredes celulares facilitó enormemente la colonización de la tierra firme por las plantas primitivas durante la transición del Ordovícico al Silúrico hace unos 400 millones de años. La lignina transformó las células vegetales del Xilema del tallo y las ramas en tubos huecos, es decir, vasos vegetales, a través de los cuales circula el agua desde las raíces hacia las hojas, de ahí que las plantas lignificadas sean llamadas Vasculares, desde los helechos que todavía se siguen reproduciendo por esporas y son considerados como las primeras plantas vasculares hasta las más modernas especies con flores que se reproducen por semillas. La lignina representa el 25% de toda la biomasa vegetal que existe sobre la Tierra, sólo superada por la celulosa, el mayor componente de los tejidos vegetales.