La Phyllitis sagittata, sinónimo de Asplenium sagittatum, prima hermana de la Phyllitis scolopendrium, es un bellísimo helecho muy poco conocido y peligrosamente escaso, que vive en las zonas costeras de todo el Mediterráneo, desde el sur y este de la Península ibérica, pasando por las Islas Baleares, sur de Francia, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Península italiana, Malta, Marruecos, Argelia, Tunez, Libia, Grecia, Turquía, Jordania, Líbano e Israel.
Recibe el nombre de Lengua de ciervo (Tongue fern, en inglés) por la curiosa forma de sus frondes de limbo entero con dos aurículas divergentes en su base. Su hábitat son las grietas de rocas orientadas hacia el norte, frescas, sombreadas y húmedas, con predilección por las rezumantes, así como también cuevas, torrentes y barrancos. Puede vivir también con una cierta exposición solar siempre que sus raíces reciban humedad constante durante los meses más secos.
Vigorosa Phyllitis sagittata en mayo vista desde arriba creciendo en una pared de bloques de arenisca que bordea un canal de la Albufera de Mallorca. El borde crenado de las frondes es una variante fenotípica de este helecho.
Otro viejo ejemplar de Phyllitis sagittata con el borde crenado. Fotografía cedida por un técnico naturalista del Parc Natural de s'Albufera de Mallorca, Pere Vicens, descubridor de la población de este helecho en un canal de dicho parque.
Bellísimo ejemplar de frondes bífidas como una lengua de serpiente, fotografiado en la Font del Teix de la Serra del Montsià al sur de Cataluña. Fotografía cedida por el botánico Rafel Curto.
Pequeña Phyllitis sagittata con frondes de borde liso creciendo en la grieta de una roca en el Valle de Sóller de la Isla de Mallorca. Aunque parezca muy joven, en realidad no lo es. Su aspecto se debe a las condiciones de escasa humedad en las que vive, que la obligan a brotar frondes pequeñas muy coriáceas, adaptadas a las duras condiciones del hábitat rocoso donde cayó y germinó la espora de la que surgió.
Grieta rocosa donde crece la pequeña Phyllitis sagittata anterior en el Valle de Sóller a 200 msnm, orientada hacia el norte. La capa de musgo que la rodea le facilita la supervivencia al absorber como una esponja la humedad del rocío matinal. A su vez la roca que tiene encima hace las veces de campana captadora de la humedad en las frescas madrugadas mallorquinas, de manera que el agua condensada sobre su superficie va cayendo gota a gota en la grieta donde el helecho tiene hundidas sus raíces.
Este ejemplar en los últimos años ha tenido que soportar, además, la voracidad de las cabras asilvestradas, que como una plaga muy destructiva están acabando con la flora más amenazada de Mallorca.
Así quedó hace unos años tras ser ramoneada por una cabra. Menos mal que le quedó este pequeño trozo de fronde para seguir respirando, ya que de lo contrario sus raíces habrían quedado ahogadas y ya estaría muerta.
En un esfuerzo desesperado por sobrevivir recurrió a las pocas reservas de su diminuto rizoma y volvió a brotar al cabo de un més. Mi alegría al ver estas frondes nuevas fue inmensa, pues ya la daba por muerta. Le dije: "Pequeñaja, mi niña, eres una campeona de la supervivencia, ni las cabras pueden contigo". Es el único ejemplar de su especie en muchas hectáreas, un pequeño tesoro, una esperanza. Desde entonces la mantengo cubierta con varias ramas espinosas de aulaga negra, Calicotome spinosa, que disuaden a las cabras de comérsela de nuevo.
La pequeña campeona hace lo que puede para perpetuarse. En esta foto podéis ver los soros cargados de esporas en el envés de una de sus diminutas frondes. Con suerte alguna de ellas caerá en una grieta rocosa con el suficiente sustrato y humedad para germinar y darle una hija.
A unos 15 kilómetros de la pequeña campeona, en un barranco muy húmedo y sombrío por donde discurre el Torrent de Pareis en la costa noroeste de Mallorca vive esta vieja matriarca de grandes frondes extendidas hacia la luz, cuyos bellísimos soros se transparentan a contraluz. A su alrededor crecen decenas de pequeñas hijas suyas, que son una esperanza para el futuro. (Doble click encima de la foto para ampliarla)
Diminutas Phyllitis sagittata, hijas de la vieja matriarca anterior, creciendo en una covacha del barranco con poquísima luz a pocos metros de su madre, acompañadas de Asplenium trichomanes ssp. quadrivalens.
Envés de una fronde de 10 cms. de longitud con la bellísima distribución simétrica de los soros a lo largo de las nerviaciones de la lámina.
Detalle de los soros, dispuestos de forma paralela, de no más de 13 mm de longitud con el indusio bivalvo de margen entero. Se distinguen los esporangios maduros como pequeñas bolitas marrones, a punto para dispersar las esporas. (Doble click encima de la foto para ampliarla)
Esporangio de Phyllitis sagittata después de dispersar las esporas. Se aprecian bien todas sus partes: el esporangióforo a la izquierda que hace las veces de cordón umbilical y nutre el esporangio, el anillo de células que actúa como una placenta y alimenta las esporas durante su formación y la bolsa transparente que en la microfotografía se ve desgarrada y vacía, donde crecen las esporas como si de un útero se tratase.
Y por último aquí podeis ver las esporas de Phyllitis sagittata. Como ocurre en todos los helechos diploides son de pequeño tamaño.
En Andalucía la lengua de ciervo corre un serio peligro de extinción, ya que solo se conocen unas pocas poblaciones con escasos individuos en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema y en el Parque Natural de los Alcornocales, en las províncias de Cádiz y Málaga. Está incluída como especie vulnerable en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía. http://waste.ideal.es/listarojaandalucia.htm
Por suerte este helechito tan nuestro, tan mediterráneo, se puede reproducir con cierta facilidad por cultivo de esporas, lo que supone una esperanza para evitar su completa extinción.
Y aquí tenéis la prueba, una casi microscópica Phyllitis sagittata recien germinada tras la fecundación de la oósfera de un gametofito por un anterozoide de otro gametofito a los 17 meses y medio de la siembra de las esporas. Se pueden ver sus diminutos frondes de un verde claro y a su alrededor multitud de gametofitos cuya oósfera aún no ha sido fecundada, cada uno de ellos provisto de los rizoides que absorben el agua y los nutrientes del sustrato. Fotografía hecha en el interior de la fiambrera donde he hecho el cultivo. Las esporas proceden de una vieja lengua de ciervo de la Albufera de Mallorca, que me dio un técnico. (Doble click encima de la foto para ampliarla )
Y por último el resultado tras dos largos años de cultivo: una decena de pequeñas Phyllitis sagittata recien trasplantadas a macetitas individuales. Dentro de un año, más o menos, ya estarán en condiciones de ser trasplantadas cerca de su madre, para reforzar la poblacion de la Albufera de Mallorca.
me gustaria saber si esta belleza de helecho se puede reproducir en el tropico en America especificamente en Venezuela
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ResponderEliminarMary, me temo que en Venezuela esta belleza, como tu dices, moriría achicharrada. No le gustan las heladas, es un helecho termófilo, pero tampoco soportaría el calor intenso de los trópicos durante todo el año. Sólo soporta el calor en los meses del verano mediterráneo y en hábitats frescos y sombreados. Seguramente lograrías reproducirlo en una especie de "fresquero" con temperatura constante de unos 20-22ºC, mucha luz sin sol directo y humedad ambiental muy alta, pero luego moriría fulminado al exponerlo al ambiente tropical. Mejor olvídate.