Hace unos meses acabé de escribir el relato novelado sobre la azarosa vida de La morisca andalusí. En él describí un delicioso plato medieval prácticamente vegetariano llamado Cogollos de hinojo a la granadina, cuyos ingredientes se adaptaban a los alimentos que había en Europa hace 500 años. Todavía no habían llegado las numerosas frutas, hortalizas y cereales de la recién descubierta América (patatas, tomates, pimientos, calabazas, frijoles, maiz, cacao, mandioca, piña tropical, aguacates, chirimoyas, guayabas, zapotes, lúcumos, papayas, maracuyás, alquejenjes, grumichamas, feijoas, tomates de árbol, etc).
Hoy he querido demostrarme a mi mismo que este plato morisco no es una fábula sino que se puede preparar con relativa facilidad. Os aseguro que me ha sabido a gloria. Es un guiso para chuparse los dedos. Las proporciones de los ingredientes pueden variar según el gusto del cocinero o los comensales.
Ingredientes para cuatro personas
-4 cogollos grandes de hinojo.
-100 gramos de avellanas tostadas.
-3 ajos pelados.
-12 granos de pimienta negra.
-1 cucharadita de semillas de comino.
-1 ramita o una cucharadita de canela en polvo.
-El zumo de dos limones.
-El zumo colado de dos granadas.
-1 cucharada de miel de azahar.
-3 hojas frescas de laurel.
-4 huevos hervidos.
-4 huevos hervidos.
-Aceite de oliva.
-Agua.
-Sal.
Se
limpian bien los cogollos de restos de tierra, se echan en una olla con
agua y sal y se hierven hasta que estén tiernos. Se sacan del agua, se
escurren y se cortan a rodajas. Se echan en una sartén con aceite de
oliva y se saltean hasta quedar ligeramente tostados. Se sacan y se
reservan.
En un mortero grande se pican finamente tres ajos, 100 gramos de avellanas tostadas, una docena de granos de pimienta negra y una cucharadita de semillas de comino. Una vez picado se le añade el zumo de dos limones, una cucharada de miel de azahar, el zumo colado de dos granadas bien maduras, una cucharadita de canela en polvo y sal al gusto. Si no se dispone de canela en polvo se puede picar una ramita junto con los demás ingredientes. Se mezcla todo y se deja reposar unos minutos.
En una cazuela grande de boca ancha se echan seis cucharadas del aceite de saltear el hinojo, tres hojas frescas de laurel y la picada de ajos y avellanas. Se remueve sin parar para que no se queme ni se pegue y cuando ha adquirido el aspecto de una crema suave y brillante se echan encima las rodajas de hinojo previamente salteadas y se mezclan bien con la salsa removiendo con un cucharón de madera durante unos minutos.
Se retira la cazuela del fuego, se prueba si está bien de sal, se le añaden por encima los huevos hervidos partidos por la mitad, se deja reposar todo un par de minutos y se sirve.
En un mortero grande se pican finamente tres ajos, 100 gramos de avellanas tostadas, una docena de granos de pimienta negra y una cucharadita de semillas de comino. Una vez picado se le añade el zumo de dos limones, una cucharada de miel de azahar, el zumo colado de dos granadas bien maduras, una cucharadita de canela en polvo y sal al gusto. Si no se dispone de canela en polvo se puede picar una ramita junto con los demás ingredientes. Se mezcla todo y se deja reposar unos minutos.
En una cazuela grande de boca ancha se echan seis cucharadas del aceite de saltear el hinojo, tres hojas frescas de laurel y la picada de ajos y avellanas. Se remueve sin parar para que no se queme ni se pegue y cuando ha adquirido el aspecto de una crema suave y brillante se echan encima las rodajas de hinojo previamente salteadas y se mezclan bien con la salsa removiendo con un cucharón de madera durante unos minutos.
Se retira la cazuela del fuego, se prueba si está bien de sal, se le añaden por encima los huevos hervidos partidos por la mitad, se deja reposar todo un par de minutos y se sirve.
¡Buen provecho, amigos!