lunes, 10 de abril de 2017

Acodo aéreo de dos brotes del árbol Mundani

Ayer domingo por la mañana fui a pasear con unos amigos por uno de los escasos bosques que circundan la ciudad de Palma de Mallorca que todavía no ha sido cubierto de cemento y asfalto. Tras la caminata respirando aire puro estábamos hambrientos y fuimos a comer a un popular restaurante muy concurrido de la ciudad. Con la tripa llena a rebosar nos dirigimos a realizar la segunda actividad que teníamos programada para el domingo: hacer dos acodos aéreos a un hijo de mi viejo árbol mundani que, como su padre clónico, ha crecido a una velocidad vertiginosa y se ha convertido en un árbol imponente cubierto de flores rojas.

Mis amigos Jaume y Matilde con su perrita Fosca en plena tarea.

Este hijo clónico de mi árbol mundani procede de una rama enraizada en una maceta. En el enlace que he adjuntado más arriba podéis leer su historia. Tras podarle una rama baja brotaron del mismo punto dos vigorosos brotes, con unas características ideales para ser convertidos en nuevos árboles clónicos a través del acodado aéreo. Jaume es un gran experto en arboricultura y jardinería. Tanto a él como a Matilde les hace ilusión tener un árbol mundani en su fantástico jardín de Son Vivot, así que ellos mismos hicieron los dos acodos con la esperanza de que alguno eche raíces.

Tras atar una bolsa de plástico transparente en la base de uno de los brotes Jaume despegó un anillo de corteza con la ayuda de un cuchillo de injertar. Ampliando la imagen con un doble click podréis ver el anillo en detalle.

Luego rodeó el anillo con tierra vegetal humedecida y ató la bolsa por su parte superior, procediendo a continuación a dar unas cuantas vueltas de cuerda alrededor del acodo para compactar la tierra con la intención de que entre en íntimo contacto con el anillo.

Continuó luego con el acodado del otro brote.

Mientras tanto la perrita Fosca no paraba de ladrar nerviosa mirando a su amo, como si temiese que Jaume pudiera caer de la escalera.

El acodador cortando la corteza al segundo brote con el cuchillo de injertar para retirar un anillo de unos 2 centímetros de anchura.

El anillo de corteza ya retirado dejando a la vista el cambium blanco.

Atado de la bolsa en su parte superior para proceder al llenado de la misma, que estaba abierta por uno de los lados.

Tras lo cual procedió a rodearla con varias vueltas de cuerda para compactar la tierra contra el anillo.

Los dos acodos aéreos ya terminados.

A continuación, para humedecer un poco más la tierra vegetal, les inyectó varios jeringazos de agua.

El siguiente paso consistió en rodearlos con papel de aluminio para que el sol no recaliente y cueza los acodos y al mismo tiempo los aisle de la luz para que las raíces, que son heliófugas, puedan desarrollarse en la oscuridad del interior de la bolsa.

Rodeando con papel de aluminio el otro acodo.

Sólo resta atar el papel de aluminio con cuerda o rafia para que el viento o la lluvia no lo arranquen.

Trabajo concluido. Dentro de dos o tres meses con suerte habrán echado raíces y ya podremos separarlos de la planta madre, obteniendo así dos nuevos hijos clónicos idénticos genéticamente a mi gigantesco árbol mundani de treinta años de edad, que sembré de una semilla procedente de Kenia en enero de 1987.

Edito el 24 de junio de 2017, día de San Juan, para mostraros el resultado.

 Transcurridos 75 días exactos desde el día del acodado, 9 de abril, hasta hoy, 24 de junio, el éxito ha sido rotundo. Ambos acodos tienen raíces, uno más que el otro. En la imagen podéis ver a Jaume comprobándolo tras retirar el papel de aluminio.

 El acodo de la izquierda tiene abundantes raíces gruesas y vigorosas, mientras que el de la derecha tiene menos. Lo vamos a dejar un par de semanas más sin separarlo del árbol-madre, para darle tiempo a desarrollar más raíces.

 Jaume ha procedido a separar el acodo de la izquierda con un corte limpio en la base.

 Detalle de algunas de las raíces.

Matilde haciendo el signo de victoria con el acodo de árbol mundani en su mano derecha. Jaume, mientras, le ponía unas cuantas inyecciones de agua al que vamos a dejar un par de semanas más.

Una bonita imagen para el recuerdo de Matilde, Jaume y la perrita Fosca con el acodo aéreo de Acrocarpus fraxinifolius. Van a sembrarlo en su fantástico jardín de Son Vivot. Espero verlo algún día tan grande como su árbol-madre.


11 comentarios:

  1. Va ser un dia ben complet i ho varem passar genial. Gràcies Joan!

    Matilde

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  2. No es fácil lo que has hecho. Un saludo

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    1. Hacerlo es fácil. Lo difícil es que eche raíces.
      Un saludo.

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  3. Esperando el resultado. Besitos.

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  4. Hola, Juan:
    Aquí mucha gente de campo tiene la costumbre, cuando un injerto de estampilla tarda en brotar, de recortar por encima del injerto un anillo para aligerar su brotación. Yo pienso que es un contrasentido, porque si la savia elaborada baja por la corteza, creo que en todo caso el anillo debería ser en la parte inferior.
    ¿Qué piensas?
    Gracias de antemano..
    Un cordial saludo.

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    1. En teoría debería ser como dices, pero yo prefiero no hacer estos experimentos.
      Un cordial saludo.

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  5. Aunque mi cara es de alegria y satisfacción por el éxito del acodo, no os recomiendo pantalón corto en Sóller ahora en verano. Jaume y yo tuvimos la osadía de presentarnos de esta suerte y recibimos muchas picaduras del mosquito tigre. Suerte que una buena dosis de vinagre los mantuvo a raya después, aunque ya era un poco tarde!

    Matilde

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    1. La plaga de mosquitos tigre es una pesadilla. A mí también me pican cada día en la piel descubierta. Son pequeños pero matones, mejor dicho, matonas, porque los que pican son las mosquitas.

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