La higuera Argelina es originaria del norte de África, donde se cultiva desde tiempos inmemoriales. Fue seleccionada por los agricultores bereberes. También se cultiva en las islas Canarias, a donde fue llevada hace varios milenios (siglo VI antes de Cristo) por los primeros pobladores bereberes, que tras adaptarse a las islas dieron lugar al pueblo guanche. Según se cree los bereberes descienden del mestizaje de los antiguos fenicios con tribus norteafricanas. Los guanches serían pues descendientes de los fenicios.
La higuera bereber llamada en Mallorca Argelina, Algerina o Angelina también se cultiva en las Islas Baleares desde tiempos inmemoriales. Si nos atenemos a la historia, cabría la hipótesis de su cultivo por los cartagineses, que eran una rama del pueblo fenicio, en su antiguo asentamiento de Ebusus, la actual ciudad de Ibiza. Habría sido traída por ellos en uno de los numerosos viajes por mar, que realizaban con sus naves mercantes entre sus factorías norteafricanas y las del sur peninsular y las islas Baleares (Cádiz (Gadir), Málaga (Málaka), Cartagena (Qart Hadasht, que significa nueva Cartago), Almuñécar (Sexi), Adra (Abdera), Ebusus (Ibiza), Mahón (Magón, hermano de Aníbal), ...).
A pesar de cultivarse en Mallorca desde hace un par de milenios, la higuera Argelina no es muy abundante en la isla, como otras muchas que el gran experto en higueras mallorquín Montserrat Pons i Boscana ha rescatado del olvido y casi la extinción en su magnífico Higueral de Son Mut Nou, situado en el municipio de Llucmajor, donde ha reunido una ingente colección de higueras de todo el mundo, incluidas por supuesto todas las mallorquinas, como la misma Argelina.
En mi caso, sin embargo, mi higuera Argelina no es propiamente mallorquina, sino tinerfeña. Me traje tres estacas de unos 25 centímetros en mi primer viaje a mis queridas, admiradas, paradisíacas y bellísimas islas afortunadas. Las cogí a una vieja higuera que crecía enraizada sobre la negrísima lava volcánica quemada por el sol en la cara sur del Pico del Teide, a unos 2.000 msnm. Debido al incesante, reseco y con frecuencia ardiente viento sahariano se veía obligada a crecer desparramada, a ras del suelo, casi pegada a la grava volcánica. Dado el lugar abrupto donde se encontraba enraizada supuse que sería un cabrahigo macho, nacido de una semilla defecada por un ave tras comerse un higo cultivado.
Un par de años después, tras el exitoso enraizado de las tres estacas y su posterior siembra en mi huerto, pude comprobar que no era un cabrahigo, sino una higuera cultivada. Al ver sus primeros higos, que suelen madurar a mediados de agosto, mi madre en paz descanse los reconoció enseguida: Angelina.
La higuera bereber Argelina, Angelina o Algerina es considerada básicamente unífera, ya que su cosecha principal y más abundante es de higos, que maduran desde agosto hasta septiembre. Sin embargo también es capaz de producir alguna breva, muy pocas y no todos los años (en el año 2016 maduró dos a principios de junio y este año 2020 sólo una, la de la imagen recolectada ayer 30 de mayo). Según mis observaciones, tras cultivar esta variedad durante treinta años, las brevas Argelina suelen maduran desde finales de mayo hasta finales de junio. Sería pues una higuera bífera con una cosecha muy escasa de brevas y otra abundante de higos.
Lo sorprendente e impactante es la psicodélica combinación cromática de la pulpa de las brevas de esta higuera fenicio-norteafricana. Es muy probable que ninguna otra breva en el mundo contenga estos colores tan bonitos y, como digo en el título de esta entrada, tan alucinantes.
Dan ganas de metérsela en la boca para saborearla, ¿verdad?
Se ven bastantes semillas, que seguramente están hueras, estériles, no viables, dado que al masticarlas son "blandas", no crujen ni confieren aroma a avellanas o a almendras tostadas a la pulpa. Yo diría que su sabor es fresco, afrutado, con un dulzor suave.
Los higos Argelina de la segunda cosecha son totalmente diferentes en la forma, más anchas y achatadas que las brevas. El color morado-azulado del pericarpio también es más intenso.
Presentan también grietas longitudinales por resquebrajamiento del pericarpio por la presión interna de la pulpa al madurar. Tradicionalmente en Mallorca han sido utilizados para el engorde de los cerdos, dada su facilidad para el secado y su conservación durante los meses de otoño e invierno.
La pulpa de los higos Argelina, a diferencia de las brevas, tiene un color rojo-anaranjado, más intenso cuanto más maduro sea el sicono. No presenta ningún tinte morado como las brevas. Su sabor es más dulce y la textura más jugosa que la de las brevas con un suave bouquet que recuerda al de las fresas.