La Chrozophora tinctoria es una planta mediterránea de la familia de las Eurphorbiaceae. Hasta no hace muchos años era relativamente escasa en Mallorca. De hecho yo la vi por primera vez el año pasado en el Parque Natural de Cala Mondragó, situado en el sudeste de la isla. Por algún factor desconocido, tal vez por el cambio climático, en los últimos años su población está aumentando a gran velocidad, comportándose como una verdadera invasora en su propia tierra. Cada vez es más frecuente encontrarla creciendo bien lozana en las cunetas de caminos y carreteras y como mala hierba entre las verduras y hortalizas de los huertos. Tiene apetencia por los suelos alcalinos. Como veremos más abajo arrancar esta planta con las manos sin protección puede causar un serio disgusto al hortelano.
Chrozophora tinctoria con el típico aspecto ceniciento de sus hojas y tallos. (Búger. Foto Rafel Mas).
En castellano recibe los nombres de
Cencila, Cendía,
Cenizo tornasol,
Girasol y
Tornasol por su capacidad de orientar sus hojas hacia el sol, siguiéndole
desde que sale por el este hasta que se pone por el oeste, con la
finalidad de captar el máximo de rayos solares para realizar la
fotosíntesis con una eficiencia insuperable.
Otra Chrozophora tinctoria cerca del mar a finales de junio. (Cala Mondragó. Foto Joan Bibiloni)
Toda la planta es rica en glucoflavonoides, tales como la rutina, el acacetin-7-O-rutinósido, el apigenin-7-O-β-D-[(6-p-cumaroil)]-glucopiranósido, el apigenin-O-β-D-glucopiranósido y la crozoforina. Como vemos comparte la rutina y un rutinósido con la planta de la ruda. Estos alcaloides son altamente fotosensibilizadores, de manera que si la savia lechosa de la Chrozophora tinctoria, al igual que ocurre con la de la ruda, entra en contacto con la piel y ésta es expuesta a los rayos ultravioletas del sol se produce una fuerte reacción cáustica, una quemadura química severa con ampollas que pueden dejar una cicatriz indeleble en la piel en casos graves o un tatuaje oscuro en casos más leves.
Por otra parte al ser una euphorbiácea su savia lechosa es cáustica por si misma, de manera que a la quemadura por fotosensibilización se le añade la quemadura química y la lesión en la piel es mucho más grave.
Por otra parte al ser una euphorbiácea su savia lechosa es cáustica por si misma, de manera que a la quemadura por fotosensibilización se le añade la quemadura química y la lesión en la piel es mucho más grave.
Otro ejemplar de Chrozophora tinctoria. (Cala Mondragó Foto Joan Bibiloni)
Capullos florales de Chrozophora tinctoria. (Búger. Foto Rafel Mas)
Su savia lechosa ha sido utilizada desde la antigüedad para teñir seda, lana y lino. Los árabes de Al-Andalus la sembraban cerca de los cursos de agua para aprovechar sus propiedades tintóreas. En la actualidad es usada en los laboratorios como indicador ácido-base, es decir, como tornasol para medir el ph de cualquier solución, pues se torna azul en un medio alcalino o roja en un medio ácido.
Vigoroso ejemplar de Chrozophora tinctoria creciendo en la cuneta de una carretera. (Santa Eugenia. Foto Joan Bibiloni)
Flores y hojas cenicientas de la Chrozophora tinctoria anterior. Esta planta es de ciclo anual y florece de junio a septiembre. (Santa Eugenia Foto Joan Bibiloni)
Las diminutas flores pueden ser
masculinas y femeninas. Tienen cinco pétalos amarillos soldados por la
base, más puntiagudos, grandes y aparentes en las flores masculinas. Como ocurre en la mayoría de euphorbiáceas las flores femeninas tienen un ovario trilocular con un rudimento seminal en cada lóculo. (Cala Mondragó. Foto Joan Bibiloni)
Detalle de una flor masculina de Chrozophora tinctoria. (Santa Eugenia. Foto Joan Bibiloni)
Frutos inmaduros de Chrozophora tinctoria con la superficie verrugoso-tuberculada. (Santa Eugenia. Foto Joan Bibiloni)
Detalle de los tubérculos verrugosos y las escamas cenicientas y fimbriadas que recubren los frutos. (Santa Eugenia. Foto Joan Bibiloni).
Frutos casi maduros en forma de cápsulas triloculares con una semilla en cada lóculo. (Cala Mondragó. Foto Joan Bibiloni)
En la antiguedad hasta el siglo XVIII fue utilizada como planta medicinal, especialmente las semillas que se ingerían enteras para "curar" múltiples afecciones: fiebre, vómitos, etc.. Dada su toxicidad y sus nulos efectos beneficiosos en la actualidad no se recomienda su uso con fines medicinales.
La Chrozophora tinctoria se confunde a simple vista con el Heliotropium europaeum, pues ambos comparten el mismo aspecto ceniciento. En la imagen vemos las dos plantas creciendo juntas. (Búger. Foto Rafel Mas)
Heliotropium europaeum en plena floración. Pertenece a la familia de las Boraginaceae. (Búger. Foto Rafel Mas)
Flores blancas de Heliotropium europaeum que permiten diferenciarlo fácilmente de la Chrozophora tinctoria. (Sóller. Foto Joan Bibiloni)
Trichomas estrellados que recubren las hojas y los tallos de la Chrozophora tinctoria y dan a toda la planta su típico aspecto ceniciento. (Santa Eugenia. Foto Joan Bibiloni)
Cicatriz de una severa quemadura cáustica de segundo grado por contacto con la savia de Chrozophora tinctoria en el dorso de la muñeca de la hortelana S. Quintanilla. (Manacor. Foto Rafel Mas)
Rafel Mas y Joan Bibiloni.
Aqui en Malaga es muy abundante en los huertos como mala hierba. Y siiiii es un fastidio arrancarla sin proteccion. Doy fe de ello!! un saludo Juan!!
ResponderEliminarGracias, Pedro.
ResponderEliminarUn saludo.
Extraordinaria entrada, muy didáctica como siempre, las imágenes de los detalles son esplendidas, creo que no se encuentra por estos lares, pero es conveniente tenerla en cuenta, por lo “puñetera” que puede ser, la huella en la piel así lo atestigua.
ResponderEliminarYo he tenido experiencias con un par de Eurphorbias de por aquí y la verdad es que me dejaron muy “escarmentado”.
Un abrazo chicharrero
Gracias, Jesús.
ResponderEliminarPues tendreis que vigilar que no entre en el archipiélago. Por desgracia vuestro clima es ideal para muchas plantas alóctonas.
Un abrazo mallorquín.
Juan, el otro día las estuve arrancando en el huerto. Gracias por tanta información que no sabia. Besos.
ResponderEliminarJuan Gracias por la información tan detallada. Por aquí se da en loa campos incultos o como mala hierba en los viñedos. Felicitaciones Juan.
ResponderEliminarMuchas gracias a vosotros, Teresa y J.R.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola. Interesante artículo. Como siempre.
ResponderEliminarEsta planta suele pasar desapercibida, ya que en estos meses creo que salimos poco al campo, aunque es más frecuente de lo que parece. Por aquí también tenemos la Chrozophora obliqua, bastante más rara, que sólo suele salir en ramblas.
Saludos
Muchas gracias, Antonio.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Como siempre, dando a coner nuestras plantas de nuestro alrdedor, de una manera facil y sencilla, para todos los publicos. Científico y no científicos.
ResponderEliminarhola soy Cristina y soy de Menorca y aqui se han dado casos de muerte en caballos al ingerir esta planta. Sabes algo al respecto?
ResponderEliminarPues no conocía este detalle, Cristina. Gracias por la información.
Eliminarhttps://m.publico.es/sociedad/2634649/reproducen-el-color-azul-mas-buscado-de-los-manuscritos-medievales/amp
ResponderEliminarEfectivamente, María. Lo leí el otro día. Gracias.
EliminarMening bog'imda bor bu o'simlik ko'p uchraydi
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