Es un helecho amante de la luz, las temperaturas suaves sin heladas y la tierra ácida más bien seca. No soporta la sombra ni la humedad excesiva. Sus rizomas suculentos llenos de agua y nutrientes le permiten soportar largos períodos de sequía. Le gusta vivir sobre rocas cubiertas de musgos y líquenes y también como epifita, especialmente sobre robles, encinas, alcornoques y árboles de laurisilva, como los garoés, barbusanos, viñátigos y laureles. Su adaptabilidad también le permite colonizar muros y claros de faial-brezal. Su distribución abarca Galicia, Asturias, norte de Portugal, Cádiz, Málaga, Madeira e Islas Canarias. Pertenece a la família de las Davalliaceae y su dotación cromosómica es 2n = 80.
Varios ejemplares de Davallia canariensis creciendo a pleno sol entre las piedras de un muro de la Villa de Mazo en la Isla de La Palma.
En Andalucía la Davallia canariensis está protegida por la ley y los descorchadores de los alcornoques la respetan cuando la encuentran creciendo como epifita sobre el corcho. La de la imagen tiene sus raices metidas entre las rugosidades del corcho. Foto realizada en el Parque natural de Los Alcornocales en la província de Cádiz cerca del municipio de Jimena de la Frontera.
Grupo de Davallia canariensis sobre un muro de piedras volcánicas de Los Llanos de Aridane en la Isla de La Palma. Se ven varias frondes del endémico Polypodium cambricum ssp. macaronesicum.
Davallia canariensis creciendo como epifita sobre una palmera canaria, Phoenix canariensis, en el municipio de Barlovento al norte de la Isla de La Palma.
Davallia canariensis creciendo como epifita sobre una altísima rama de garoé, til o arbol-fuente, Ocotea foetens, en el exuberante Bosque de Los Tiles de la Isla de La Palma.
Este helecho también vive en los claros de los bosques de faial-brezal, como el de la foto que fué tomada en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane.
Joven Davallia canariensis con el rizoma enraizado sobre el musgo de una roca del Monte Poíso de la isla de Madeira. El rizoma de este helecho crece siempre superficial sobre el sustrato, nunca cubierto, ya que no soporta la humedad. Necesita que le toque el aire y la luz. Puede llegar a medir hasta 2 centímetros de diámetro. De su parte inferior, la que está en contacto con el suelo, brotan raíces que fijan el rizoma, el cual va creciendo y ramificándose de manera que llega a formar una pequeña colonia con múltiples brotes, todos ellos de un único individuo.
Detalle del rizoma anterior cubierto de páleas de hasta 12 milímetros de longitud, lanceoladas, brillantes, de margen hialino y ciliado. A medida que crece y se ramifica forma yemas de las que brotan las frondes, que pueden llegar a medir 50 centímetros de longitud, con el pecíolo tan largo como la lámina, castaño rojizo, paleáceo, más oscuro en la base. El pecíolo que se ve en la foto es verde porque pertenece a una fronde tierna. Irá oscureciéndose con el tiempo.
Frondes de Davallia canariensis con lámina 3-4 pinnada, subdeltoidea, glabra, con los segmentos de último orden lanceolados u ovado-oblongos, de color verde intenso, más claro en las frondes tiernas.
Soros de Davallia canariensis, apicales, submarginales, en el extremo de los nervios, con el indusio en forma de copa.
Esporangio de Davallia canariensis ya vacío tras la dispersión de las esporas.
Largo esporangióforo de un esporangio de Davallia canariensis, que hace las funciones de cordón umbilical. Está formado por varias células tubulares y une el esporangio a la pínnula, la cual suministra el agua y los nutrientes que el esporangióforo lleva al anillo del esporangio, el cual tiene una función semejante a la placenta de los mamíferos y alimenta a las esporas mientras están creciendo en el interior de la bolsa del esporangio.
Esporas de Davallia canariensis, oblongo-reniformes, hialinas, grandes, de un bonito color amarillo-limón.
Juan, me han gustado mucho las fotos, sobre todo las que están en rocas volcánicas, muy bonitas, y la del garoé cubierto de Davallias, ,una maravilla. Pero no te olvides de Málaga, que aquí también las tenemos!
ResponderEliminarUn cordial saludo
José Angel
Hola José Angel:
ResponderEliminarMuchas gracias por decírmelo. Ya lo he añadido. Me alegro que te gusten las fotos.
Un cordial saludo
Excelente entrada y magníficas imágenes. La conocía de verla en los muros y rocas en Tenerife y en la Palma. Me sorprendía verla en muros tan secos, pero no me había percatado de sus órganos de reserva.
ResponderEliminarUn saludo.