El Pyrus betulifolia, llamado Tang Li en chino y Birchleaf pear en inglés, es un peral silvestre caducifolio que vive en los frondosos bosques del norte y centro de China. En condiciones óptimas para su crecimiento puede alcanzar los 10 metros de altura. Se protege de la depredación de sus hojas por los herbívoros mediante tallos modificados en forma de espinas temibles. Sus hojas estrechas y alargadas son muy parecidas a las del abedul, aunque de menor tamaño. De ahí le viene el nombre científico "betulifolia" que significa hoja de abedul.
Peritas maduras a finales de agosto. Tienen forma redondeada con un diámetro que oscila entre 5 y 12 milímetros, la piel de color marrón verdoso con puntitos blancos y un largo pedúnculo de 3 a 4 veces más largo que el fruto. Su diminuto tamaño es ideal para las aves frugívoras de los bosques chinos, que se las tragan enteras y, tras digerir la pulpa, regurgitan las semillas lejos del peral madre. Recomiendo ampliar las fotos con un doble click para apreciar mejor los detalles.
Pera partida por su parte más ancha. La pulpa es jugosa y rodea tres semillas. En la foto se puede observar que sólo ha madurado una semilla. Las otras dos han quedado abortadas tal vez por la ausencia de una polinización cruzada eficaz, ya que en mi jardín los tres ejemplares de Pyrus betulifolia están muy distanciados. Las flores son muy visitadas por las abejas y es probable que muchas semillas hayan sido polinizadas por polen de perales mallorquines (variedades de San Juan y de la Reina), por lo que darían lugar a híbridos.
Este peral oriental fué introducido en los EEUU para ser usado como patrón de los perales cultivados, dada su resistencia a la enfermedad llamada "pear decline" y su tolerancia a la tierra caliza y a la sequía. Su afinidad con la mayoría de variedades de peral es muy buena, en especial con los perales orientales Nashí y Shandong, de piel amarilla y Hosui, de piel marrón. Desde los EEUU pasó a Francia e Italia donde sus prometedoras cualidades como patrón despertaron un gran interés entre los fruticultores. En 1960 llegaron a España ejemplares franceses e italianos, a partir de los cuales se seleccionaron clones especialmente resistentes a la sequía y a la tierra caliza.
Yema floral iniciando el crecimiento de los capullos a finales de febrero. Se ve también una yema vegetativa que empieza a crecer unas semanas después de iniciarse la floración y en el extremo del tallo una peligrosa espina de tres centímetros.
Pequeñas hojas alargadas de Pyrus betulifolia de un vivo color verde claro. El pecíolo de las hojas es algo más corto que la lámina. La corteza de las ramas nuevas es blanquecina.
Las hojas secas se utilizan para preparar infusiones semejantes al té. Los frutos tantos frescos como secos, masticados varias veces al día, se usan en medicina natural para aliviar la tos seca de la bronquitis, para suavizar la garganta en la faringitis aguda y crónica y como astringentes en la diarrea por su riqueza en tanino.
En China se prepara Vino Tang Li (Birchleaf pear wine) macerando 250 gramos de frutos secos en un litro de vino de arroz durante 10 días, removiendo la mezcla cada día para que el sabor de las peritas pase al vino. En Japón sustituyen el vino de arroz por sake japonés.
Sus pequeñas flores de un blanco inmaculado son muy perfumadas y en Mallorca se abren a finales de invierno, algo más tarde en regiones más frías. Se puede observar arriba a la izquierda una espina fina como una aguja que protege las flores y las hojas del hocico de los herbívoros.
Bellísima flor con sus cinco pétalos blancos como la nieve y sus veinte estambres, cuatro en la base de cada pétalo, con las anteras rosadas en el extremo de un largo estilo. Al igual que en la foto anterior se puede ver el pistilo bífido de un color amarillo claro.
Los frutos suelen madurar a finales de agosto y permanecen en el árbol después de la caída de las hojas para servir de alimento a las aves durante los largos meses del invierno. Es una asociación muy beneficiosa para ambas partes, una simbiosis. El peral alimenta a las aves que logran así sobrevivir al duro invierno y éstas le devuelven el favor dispersando las semillas lo más lejos posible para que puedan colonizar nuevos territorios.
Hola, son tan pequeñas como las cerezas del Prunus mahaleb, que solo parece que tengan hueso. Muy interesante este arbolito. saludos
ResponderEliminarAsí es Conchita. Basta comparar los frutos con los dedos de mi mano para hacerse una idea de su tamaño. Un saludo.
ResponderEliminarHello, you have excellent photos of Pyrus betulaefolia tree -- I am working with a non-profit organization that is documenting invasive species in USA. Would it be acceptable to use some of your images posted here? Please advise, (either way). Thank you Sarah A. Stewart
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