Hace unos 150 millones de años en el Hemisferio Sur de la Tierra había un gran continente llamado Gondwana que se había separado del inmenso continente único Pangea. En los siguientes millones de años, durante el Jurásico superior, Gondwana, este gran continente austral, se fue fragmentando con el movimiento de las placas tectónicas y de él surgieron dos subcontinentes: desplazándose hacia el noroeste el subcontinente formado por África y Sudamérica y desplazándose hacia el nordeste el subcontinente formado por India, Madagascar, Australia y Antártida.
Hace unos 100 millones de años Sudamérica se separó de África y se fue desplazando hacia el oeste, mientras que la India y Madagascar se separaron del bloque formado por Australia y la Antártida y se fueron desplazando hacia el nordeste a la vertiginosa velocidad de 15 centímetros por año. Hace unos 90 millones de años, durante el Cretácico tardío, Madagascar se separó de la India y en su desplazamiento hacia el norte encalló al chocar con la placa africana y ralentizó su desplazamiento, mientras que la India siguió ascendiendo hacia el nordeste hasta chocar con la placa asiática, hace unos 35 millones de años, iniciando la formación de la cordillera del Himalaya que todavía no ha terminado.
Joven Platycerium alcicorne de 10 años de edad creciendo feliz sobre la bifurcación de las ramas de una encina dulce de mi jardín en Mallorca.
Platycerium alcicorne de unos 50 años de edad, creciendo en un muro permanentemente húmedo del Jardín botánico de la Orotava de Tenerife.
Platycerium alcicorne centenario cultivado en una pérgola del fantástico Jardin botánico de Funchal en la isla de Madeira.
Otro Platycerium alcicorne algo más joven que el anterior en el mismo Jardín botánico de Funchal a la semisombra de un emparrado.
El helecho Platycerium alcicorne se formó en el gran continente austral Gondwana hace unos 150 millones de años durante el Jurásico superior, justo antes de que se separasen Africa y Madagascar Es por tanto un helecho muy primitivo que ha cambiado muy poco a lo largo de su dilatada existencia. En la actualidad esta especie vive en varias regiones de África, principalmente en Mozambique y Zimbabwe y en Madagascar, Islas Seychelles e Islas Comores. Los ejemplares africanos, antiguamente conocidos con el nombre científico Platycerium vassei, son algo mayores que los malgaches y más resistentes a la sequía. Un reciente estudio genético confirmó el origen común de las subespecies africana y malgache, las cuales, a pesar de llevar separadas más de 100 millones de años, presentan escasas diferencias en su genoma.
Platycerium alcicorne centenario cultivado en una pérgola del fantástico Jardin botánico de Funchal en la isla de Madeira.
Otro Platycerium alcicorne algo más joven que el anterior en el mismo Jardín botánico de Funchal a la semisombra de un emparrado.
El helecho Platycerium alcicorne se formó en el gran continente austral Gondwana hace unos 150 millones de años durante el Jurásico superior, justo antes de que se separasen Africa y Madagascar Es por tanto un helecho muy primitivo que ha cambiado muy poco a lo largo de su dilatada existencia. En la actualidad esta especie vive en varias regiones de África, principalmente en Mozambique y Zimbabwe y en Madagascar, Islas Seychelles e Islas Comores. Los ejemplares africanos, antiguamente conocidos con el nombre científico Platycerium vassei, son algo mayores que los malgaches y más resistentes a la sequía. Un reciente estudio genético confirmó el origen común de las subespecies africana y malgache, las cuales, a pesar de llevar separadas más de 100 millones de años, presentan escasas diferencias en su genoma.
El helecho cuerno de alce, al igual que todas las especies del género Platycerium, vive siempre como epifita y conserva el aspecto antediluviano de hace 150 millones de años. Cuesta poco imaginárselo en exuberantes bosques tropicales sobre las copas de las primitivas coníferas y los helechos arbóreos en un ambiente muy caluroso y permanentemente húmedo.
Todos los Platycerium tienen dos tipos de hojas o frondes. En la base de la planta en posición más o menos horizontal y con forma de abanico o riñón hay una gran fronde basal estéril que cubre el rizoma y lo protege de la desecación. El rizoma es muy corto y está fuértemente anclado sobre la corteza de un árbol.
Las frondes estériles nuevas crecen superponiéndose a las viejas, las cuales se van secando y pudriendo, sirviendo con el tiempo de sustrato y alimento del propio helecho, como si de una autofagia o autocanibalismo se tratase. En la naturaleza prima siempre la economía de recursos.
Del centro de la fronde estéril brotan las frondes fértiles que crecen al principio en posición vertical y poco a poco se van haciendo péndulas.
La fronde basal estéril conserva la forma típica reniforme de los prótalos o gametofitos de todos los helechos. Parece un gametofito gigantesco. Este detalle nos recuerda la gran antiguedad y primitivismo de los helechos del género Platycerium.
En esta imagen de un esporofito del helecho Anogramma leptophylla brotando de la oósfera fecundada de un gametofito podemos apreciar el extraordinario parecido con la fronde estéril de Platycerium. Los gametofitos o prótalos de todos los helechos tienen forma arriñonada y están enraizados y aplicados contra el sustrato, exactamente igual que la fronde basal de los Platycerium. De la oósfera fecundada del gametofito brota una diminuta fronde o esporofito que en el caso de la Anogramma tiene la forma de un pequeño cuerno de alce. Las similitudes son extraordinarias y sorprendentes. Es posible que los Platycerium sean los antepasados de muchos helechos modernos que aparentemente nada tienen que ver con ellos. En un futuro no muy lejano el estudio del genoma de estas plantas tan primitivas nos deparará muchas sorpresas al compararlo con el genoma de otros helechos.
Todos los Platycerium tienen dos tipos de hojas o frondes. En la base de la planta en posición más o menos horizontal y con forma de abanico o riñón hay una gran fronde basal estéril que cubre el rizoma y lo protege de la desecación. El rizoma es muy corto y está fuértemente anclado sobre la corteza de un árbol.
Las frondes estériles nuevas crecen superponiéndose a las viejas, las cuales se van secando y pudriendo, sirviendo con el tiempo de sustrato y alimento del propio helecho, como si de una autofagia o autocanibalismo se tratase. En la naturaleza prima siempre la economía de recursos.

Del centro de la fronde estéril brotan las frondes fértiles que crecen al principio en posición vertical y poco a poco se van haciendo péndulas.
La fronde basal estéril conserva la forma típica reniforme de los prótalos o gametofitos de todos los helechos. Parece un gametofito gigantesco. Este detalle nos recuerda la gran antiguedad y primitivismo de los helechos del género Platycerium.
En esta imagen de un esporofito del helecho Anogramma leptophylla brotando de la oósfera fecundada de un gametofito podemos apreciar el extraordinario parecido con la fronde estéril de Platycerium. Los gametofitos o prótalos de todos los helechos tienen forma arriñonada y están enraizados y aplicados contra el sustrato, exactamente igual que la fronde basal de los Platycerium. De la oósfera fecundada del gametofito brota una diminuta fronde o esporofito que en el caso de la Anogramma tiene la forma de un pequeño cuerno de alce. Las similitudes son extraordinarias y sorprendentes. Es posible que los Platycerium sean los antepasados de muchos helechos modernos que aparentemente nada tienen que ver con ellos. En un futuro no muy lejano el estudio del genoma de estas plantas tan primitivas nos deparará muchas sorpresas al compararlo con el genoma de otros helechos.
Haz de una fronde fértil que está cubierta de una fina pilosidad que le confiere un color verde blanquecino, a veces grisáceo. Su forma recuerda a un cuerno de ante o alce. El botánico que describió el género Platycerium se fijó precisamente en esta curiosa forma y lo bautizó para la ciencia combinando dos palabras griegas: platys que significa plano y keras que significa cuerno, o sea, hojas en forma de cuerno plano igual a los cuernos ramificados y aplanados de los alces. El nombre de la especie " alcicorne" procede de la combinación de dos palabras latinas y su traducción es obvia: corne-alci = cuerno de alce.
En el envés de las frondes fértiles en las puntas de las ramificaciones se encuentran los soros formados por millones de esporangios marrones.
Envés de otra fronde fértil de Platycerium alcicorne. Los soros tienen el aspecto y el suave tacto del terciopelo.
En esta imagen más cercana se aprecia bien el aspecto aterciopelado de los soros y la fina pilosidad blanco-grisácea que recubre las frondes.
Si nos acercamos más podemos apreciar la estructura de un soro que está formado por hileras paralelas muy juntas de esporangios marrones llenos de esporas maduras.