sábado, 12 de octubre de 2019

Agave attenuata, un recuerdo de La Laguna

 El ágave del dragón o ágave cuello de cisne es originario del estado mexicano de Jalisco, cuna del tequila y los mariachis, donde crece a gran altura (entre 1.900 y 2.500 msnm) sobre suelos volcánicos. Curiosamente en la naturaleza es muy escaso hasta el punto de encontrarse en peligro de extinción, mientras que prospera fantásticamente cultivado como planta de jardín en todas las regiones de clima subtropical y mediterráneo libre de heladas del Planeta.

 En el año 2002 visité por primera vez la bellísima Isla de Tenerife, de la que quedé enamorado. El dia de la vuelta a Mallorca, mientras esperaba en el Aeropuerto de La Laguna para coger el avión, di un paseo por los jardines que lo circundan y no pude resistir la tentación de coger un hijuelo diminuto de un vigoroso Agave attenuata. Era tan pequeño que me cupo en el bolsillo del pantalón. Dos años y pico después ya había multiplicado su tamaño por diez sembrado en una maceta. En la imagen, tomada el 25 de diciembre de 2004, estaba magnífico con una hojas tiernas y sedosas de más de 20 centímetros, muy diferentes a las del resto de ágaves, que suelen ser más duras y espinosas.

 Poco después lo sembré en el huerto junto a un Quercus x cerrioides. Se había ramificado y había crecido espectacularmente. En la imagen lo podéis ver tal como era el dia 2 de febrero de 2006. Es muy llamativo el color verde ceniciento de sus hojas.

 Trece años después, en enero de 2019, floreció por primera vez. Habían pasado 17 años desde que me lo traje como un hijuelo desde Tenerife.

 Aquí podéis ver la inflorescencia en forma de trompa que se alargó hasta superar los dos metros de longitud.

 El dia 18 de abril de 2019 ya estaba finalizando la floración de sus cientos, por no decir miles, florecillas amarillo-verdosas, cuyos capullos se abren empezando por la base de la trompa hacia la punta.

 Últimas flores en abrirse. Son muy llamativos los largos estambres amarillos con unas vistosas anteras cargadas de polen.

 Estos capullos se abrieron en los siguientes días.

 Detalle de una florecilla con sus seis tépalos amarillo-verdosos soldados por su parte inferior en forma de tubo, seis largos estambres cada uno de ellos con una antera aplanada en su extremo y un solo pistilo femenino en cuya base se encuentra el ovario lleno de óvulos.

 La larga inflorescencia ya ha finalizado la floración de todos sus capullos. La imagen fue tomada el día 19 de junio. He retirado con la mano los estambres secos del extremo de la trompa para que se vean los frutos.

 Frutos de Agave attenuata ya maduros a finales de junio. A los pocos días se secaron y se abrieron liberando sus semillas.

 Numerosas semillas de color blanquecino, abortadas por no haber sido fecundadas, acompañadas de bastantes semillas negras perfectamente viables. Tomé la fotografía el día 9 de agosto.

Detalle de las semillas viables rodeadas de incontables semillas abortadas. Las sembraré en primavera.


domingo, 6 de octubre de 2019

Espaguetis al pesto verde de pistachos con guarnición de gambones al pesto rojo con romero


PARA LA SALSA PESTO DE PISTACHOS

 INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:


1-Albahaca fresca (las hojas y flores de 4 brotes como el de la imagen).
 2-Unos 100 gramos de pistachos tostados y descascarillados.
3-Unos 100 gramos de queso curado de leche de vaca de Menorca.
(Tan bueno y aromático como el Parmesano)
4-Aceite de oliva virgen extra (medio vaso).
5-Uno o dos dientes de ajo.
6-Pimienta negra molida al gusto.
7-Sal al gusto.

 La albahaca o alhábega, nombre andalusí, al-habága, del Ocimum basilicum.

 Los pistachos, Pistacia vera, del griego πιστάκιον (pistákion), un regalo de Oriente próximo.

 Las aceitunas, del árabe andalusí azzaitúna, Olea europaea, del que se extrae nuestro delicioso y salutífero aceite de oliva.

El ajo, Allium sativum, del latín allium, imprescindible en cualquier salsa pesto.

Salsa pesto de pistachos.  
La salsa pesto se puede hacer de cualquier fruto seco, crudo o tostado (piñones, pistachos, nueces, almendras, avellanas, anacardos, macadamias, cacahuetes, pipas de girasol, pipas de calabaza, etc...)

 PARA LA GUARNICIÓN DE GAMBONES

SALSA PESTO ROJA CON ROMERO

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1-Tomates secos (unos 70 gramos).
2-Piñones de pino piñonero, Pinus pinea, tostados o fritos (70 gramos).
3-Un brote pequeño de romero fresco (las hojas).
4-Medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
5-Uno o dos dientes de ajo.
6-Pimienta negra molida al gusto.
7-Sal al gusto.

El tomate, del vocablo tomatl, procedente del idioma indígena mexicano náhuatl, Solanum lycopersicum.

 Los piñones de pino piñonero, Pinus pinea, del latín pinus, se extraen de grandes piñas como la de la imagen.

El romero, Rosmarinus officinalis, del latin ros maris, una labiada con abundantes aceites esenciales muy aromáticos.

Salsa pesto roja al romero, muy rica en licopenos rojos, potentes antioxidantes que protegen del cáncer de mama y de próstata.

 Los gambones pelados se fríen un par de minutos, vuelta y vuelta, y se mezclan con la salsa pesto roja que, con el toque del romero, combina magníficamente con el sabor del marisco.

 Plato ya montado, con tres pequeños pimientos de padrón fritos para completar la guarnición. 

¡DELICIOSO!

La mejor prueba de que ha estado de rechupete es el plato vacío.

¡BUEN PROVECHO, AMIGOS!