viernes, 28 de abril de 2017

La encina roja, Quercus ilex var. atropurpurea

El día 5 de junio del año 2015 vinieron a visitar mi jardín los técnicos del Centre Forestal de les Illes Balears, CEFOR, ubicado en la finca pública de Menut en plena Serra de Tramuntana de Mallorca, entre ellos el técnico jefe Carles Cardona y las técnicas forestales Joana Maria Simó y Joana Moyà.

No vinieron de vacío. Llevaban como regalo para mí cinco plantas realmente espectaculares y  únicas, todas ellas mutantes silvestres de hojas rojas: un boj balear, Buxus balearica var. atropurpurea, dos endrinos, Prunus spinosa var. atropurpurea y dos encinas, Quercus ilex. subsp. ilex var. atropurpurea

 Una de las encinas murió a los pocos meses sin causa aparente estando todavía en la maceta. La otra sigue bien viva, sembrada en el bancal más ancho de mi jardín. Ahora está brotando hojas nuevas de un intenso color granate purpúreo. Su llamativo color es debido a su riqueza en antocianos rojos y morados. Con el paso de los meses las hojas se irán oscureciendo hasta parecer negras a finales del verano.

 ¡Espectacular!, ¿verdad? Si agrandáis la foto con un doble click observaréis que las hojas más tiernas están cubiertas por un finísimo vello, una tomentosidad que persiste en el envés y desaparece en el haz al alcanzar las hojas su pleno desarrollo.

Es muy llamativa la diferencia cromática con las hojas de una encina normal.

 La encina es muy joven, mide sólo 40 centímetros. Le calculo una edad aproximada de unos seis años. Lleva algo más de un año sembrada en el jardín. Por su vigorosa brotación de esta primavera deduzco que se siente a gusto donde la sembré y que a partir de ahora va a crecer rápidamente. Su color único la convierte en una verdadera joya botánica. Espero vivir lo suficiente para verla transformada en un árbol bellísimo e impactante. Sin ninguna duda será uno de los más bonitos del jardín.


domingo, 16 de abril de 2017

BERENJENAS RELLENAS DE SOBRASADA

Un plato económico, muy sencillo de preparar y absolutamente delicioso.


Ingredientes para dos personas:

- 4 berenjenas tiernas.
-  150 gramos de sobrasada.
- 4 tomates medianos.
- 1 cebolla mediana.
- 6 dientes de ajo.
- Aceite de oliva.
- Agua.
- Sal.

 Se trocean los tomates, la cebolla y los ajos y se sofríen a fuego suave en una sartén o una cazuela con aceite de oliva.

  Mientras tanto se hacen dos cortes longitudinales a cada berenjena sin llegar a los extremos y se rellenan con sobrasada mallorquina.

 Cuando el tomate está medio frito, se ponen las berenjenas dentro de la sartén o la cazuela sobre la salsa, se cubren con agua caliente y se dejan cocer a fuego suave hasta que están tiernas.

 Un poco antes de apagar el fuego se prueba la salsa y si ha quedado sosa se rectifica con la sal que haga falta. Se debe tener en cuenta que la sobrasada es bastante salada y en general es suficiente con añadir un pellizco de sal para que esté bien.

Los jugos de la sobrasada con sus especias se infiltran en los tejidos de las berenjenas y las transforman en una delicatessen.

¡¡¡BUEN PROVECHO, AMIGOS!!!


lunes, 10 de abril de 2017

Acodo aéreo de dos brotes del árbol Mundani

Ayer domingo por la mañana fui a pasear con unos amigos por uno de los escasos bosques que circundan la ciudad de Palma de Mallorca que todavía no ha sido cubierto de cemento y asfalto. Tras la caminata respirando aire puro estábamos hambrientos y fuimos a comer a un popular restaurante muy concurrido de la ciudad. Con la tripa llena a rebosar nos dirigimos a realizar la segunda actividad que teníamos programada para el domingo: hacer dos acodos aéreos a un hijo de mi viejo árbol mundani que, como su padre clónico, ha crecido a una velocidad vertiginosa y se ha convertido en un árbol imponente cubierto de flores rojas.

Mis amigos Jaume y Matilde con su perrita Fosca en plena tarea.

Este hijo clónico de mi árbol mundani procede de una rama enraizada en una maceta. En el enlace que he adjuntado más arriba podéis leer su historia. Tras podarle una rama baja brotaron del mismo punto dos vigorosos brotes, con unas características ideales para ser convertidos en nuevos árboles clónicos a través del acodado aéreo. Jaume es un gran experto en arboricultura y jardinería. Tanto a él como a Matilde les hace ilusión tener un árbol mundani en su fantástico jardín de Son Vivot, así que ellos mismos hicieron los dos acodos con la esperanza de que alguno eche raíces.

Tras atar una bolsa de plástico transparente en la base de uno de los brotes Jaume despegó un anillo de corteza con la ayuda de un cuchillo de injertar. Ampliando la imagen con un doble click podréis ver el anillo en detalle.

Luego rodeó el anillo con tierra vegetal humedecida y ató la bolsa por su parte superior, procediendo a continuación a dar unas cuantas vueltas de cuerda alrededor del acodo para compactar la tierra con la intención de que entre en íntimo contacto con el anillo.

Continuó luego con el acodado del otro brote.

Mientras tanto la perrita Fosca no paraba de ladrar nerviosa mirando a su amo, como si temiese que Jaume pudiera caer de la escalera.

El acodador cortando la corteza al segundo brote con el cuchillo de injertar para retirar un anillo de unos 2 centímetros de anchura.

El anillo de corteza ya retirado dejando a la vista el cambium blanco.

Atado de la bolsa en su parte superior para proceder al llenado de la misma, que estaba abierta por uno de los lados.

Tras lo cual procedió a rodearla con varias vueltas de cuerda para compactar la tierra contra el anillo.

Los dos acodos aéreos ya terminados.

A continuación, para humedecer un poco más la tierra vegetal, les inyectó varios jeringazos de agua.

El siguiente paso consistió en rodearlos con papel de aluminio para que el sol no recaliente y cueza los acodos y al mismo tiempo los aisle de la luz para que las raíces, que son heliófugas, puedan desarrollarse en la oscuridad del interior de la bolsa.

Rodeando con papel de aluminio el otro acodo.

Sólo resta atar el papel de aluminio con cuerda o rafia para que el viento o la lluvia no lo arranquen.

Trabajo concluido. Dentro de dos o tres meses con suerte habrán echado raíces y ya podremos separarlos de la planta madre, obteniendo así dos nuevos hijos clónicos idénticos genéticamente a mi gigantesco árbol mundani de treinta años de edad, que sembré de una semilla procedente de Kenia en enero de 1987.

Edito el 24 de junio de 2017, día de San Juan, para mostraros el resultado.

 Transcurridos 75 días exactos desde el día del acodado, 9 de abril, hasta hoy, 24 de junio, el éxito ha sido rotundo. Ambos acodos tienen raíces, uno más que el otro. En la imagen podéis ver a Jaume comprobándolo tras retirar el papel de aluminio.

 El acodo de la izquierda tiene abundantes raíces gruesas y vigorosas, mientras que el de la derecha tiene menos. Lo vamos a dejar un par de semanas más sin separarlo del árbol-madre, para darle tiempo a desarrollar más raíces.

 Jaume ha procedido a separar el acodo de la izquierda con un corte limpio en la base.

 Detalle de algunas de las raíces.

Matilde haciendo el signo de victoria con el acodo de árbol mundani en su mano derecha. Jaume, mientras, le ponía unas cuantas inyecciones de agua al que vamos a dejar un par de semanas más.

Una bonita imagen para el recuerdo de Matilde, Jaume y la perrita Fosca con el acodo aéreo de Acrocarpus fraxinifolius. Van a sembrarlo en su fantástico jardín de Son Vivot. Espero verlo algún día tan grande como su árbol-madre.


sábado, 1 de abril de 2017

CEBOLLA ROJA CONFITADA A LA MIEL DE AZAHAR CON ALITAS DE POLLO

Una tapa o un segundo plato para chuparse los dedos, sencillo de preparar y muy económico. 

 INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS

- 4 cebollas rojas
- 12 alitas de pollo
- 1 cucharada sopera de miel
- 1 cucharada de vinagre de manzana
- 1 limón
- aceite de oliva
- pimienta negra
- sal

 Como todas las cebollas, la roja es muy rica en el antioxidante quercetina. Es una sustancia flavonoide a la que se le atribuye un potente efecto anticancerígeno y antienvejecimiento. La cebolla roja, además, debe su color a su riqueza en antociano morado, otro potente antioxidante que suma su efecto benéfico a la quercetina, lo cual convierte a este sencillo bulbo en una bomba de salud. 

 Preparación: Se fríen las alitas en aceite de oliva hasta que están doradas y se reservan. En el mismo aceite se echa la cebolla cortada en juliana y cuando está medio pochada se le añade la cucharada de vinagre de manzana, el zumo del limón, la cucharada de miel y pimienta negra y sal al gusto.

Cuando la cebolla está casi hecha se añaden las alitas previamente fritas, se revuelven varias veces con la cebolla para que cojan el sabor, se apaga el fuego y se deja reposar un par de minutos. 
¡Está delicioso!