jueves, 22 de agosto de 2019

Caprificación de la higuera turca Bursa Siyahi

  Hace cuatro años mi amigo Montserrat Pons i Boscana me regaló una higuera tipo Esmirna de la famosa variedad turca Bursa Siyahi. La trajo él personalmente en uno de sus viajes a Turquía en busca de variedades nuevas para añadirlas a su extensa colección, sin duda la mayor del mundo.

  ¡Vaya alegría más grande que me dio! Llevaba años obsesionado en conseguir una higuera oriental tipo Esmirna, y de pronto él me regaló un ejemplar de la más famosa higuera de Turquía, la Bursa Siyahi. 
 
Los higos de las higueras orientales tipo Esmirna, llamadas hembras verdaderas, necesitan ser polinizados con el polen de un cabrahigo silvestre o de lo contrario caen sin madurar. Las inmensa mayoria de higueras del mediterráneo occidental, por el contrario, al presentar la mutación de la partenocarpia, pueden madurar perfectamente sus higos sin necesidad de ser polinizados.

El año pasado mi higuera Bursa Siyahi brotó vigorosamente, creciendo medio metro en un año, y por primera vez intentó producir media docena de higos, pero no fueron polinizados y cayeron hueros al suelo.

Esta primavera no quise arriesgar la cosecha y por primera vez me atreví a llevar a cabo la milenaria técnica de la Caprificación. Para ello busqué cabrahigos silvestres que tuvieran prohigos con agallas repletas de avispillas Blastophaga psenes. Encontré dos en los alrededores: uno crece junto a un torrente de montaña situado a unos 500 metros y el otro a cinco kilómetros. Recogí una docena de prohigos, como los de la imagen, y me los llevé al huerto.

Metí tres en una bolsita para ajos y los colgué en una rama de mi Bursa Siyahi. El resto los repartí entre mis otras higueras para aumentar el cuaje de los higos, aunque sean partenocárpicas.

La bolsita con prohigos.

Las avispillas salen por el ostíolo y vuelan raudas hacia los higos de la higuera para polinizar sus flores femeninas con el polen del cabrahigo que llevan pegado a su cuerpo.

 En esta imagen os muestro la caprificación realizada el año siguiente, el día 19 de junio de 2020. Y para que el sol no "cueza" los prohigos y los seque demasiado pronto, los he protegido parcialmente con dos hojas de parra.

Otro método de caprificación consiste en ensartar los prohigos atravesando su pecíolo con un alambre y colgándolos después de una rama de la higuera tipo Esmirna.

Detalle de este otro método. No quiero olvidarme de mencionar el método de caprificación más antiguo y rústico, utilizado hace 10.000 años por los jardineros sumerios que cuidaban los míticos Jardines Colgantes de Babilonia, que consiste en cortar una rama de cabrahigo cargada de prohigos y colgarla de las ramas de las higueras femeninas. Cualquiera de los tres métodos es igualmente válido. La finalidad de los tres consiste en acercar las avispillas polinizadoras a los higos para asegurar una buena cosecha.

Colgué los prohigos en la segunda quincena de junio. En la fotografía, realizada día 19 de junio, podemos ver la primera avispilla que acababa de salir de uno de los prohigos. Miradla que bonita y diminuta. Está observando el mundo por primera vez. Con sus antenas "huele" el aire para captar las feromonas de higuera hembra, que los higos están dispersando para atraerla y conseguir así que entre por el ostíolo y polinice las flores femeninas de su interior con el polen de cabrahigo que lleva pegado al cuerpo. Algunas avispillas de otras especies, especializadas en la polinización de Ficus tropicales, han perfeccionado el sistema desarrollando unas celdillas en sus patas posteriores o en su torax donde almacenan el polen, que ellas mismas distribuyen luego una vez dentro de los higos, mientras ponen los huevos en las flores agalla.

Ojalá hubiera tenido una buena cámara macro para ver la avispilla en todos sus detalles.

Dia 6 de julio las avispillas salian masivamente en enjambre.
 
Tres avispillas entrando en el higo más tierno de la derecha, fotografiadas el día 25 de junio. Los dos higos más grandes ya han sido polinizados y empiezan a engordar.
 
 Acaban de salir de un prohigo de la caprificación de este año. Para lograr pasar por el estrecho ostíolo deberán desprenderse de sus alas y, una vez dentro, nunca más volverán a ver la luz. Han sido astutamente engañadas por las irresistibles feromonas que desprenden los higos de la higuera turca, mucho más deliciosas y atractivas que el perfume que emiten las mamonas de las cabrahigueras macho. No podrán poner sus huevos en su interior, pero sí fecundar las flores con el polen que llevan pegado en su cuerpo. La higuera ha logrado su objetivo y producirá centenares de semillas viables para perpetuar la especie. La supervivencia de las avispillas está asegurada por sus congéneres que no han sido engañadas y han puesto sus huevos en las flores-agalla de las mamonas.

Aquí se ven las agallas vacías con un agujerito cada una de ellas por donde salieron las avispillas. Foto realizada el dia 9 de julio.

 Dos higos Bursa Siyahi dia 4 de agosto de 2019. La caprificación ha sido un éxito rotundo. Mi joven higuera turca ha conservado sus diez higos y los ha ido engordando poco a poco.

Detalle de uno de los higos.

 El primer higo Bursa Siyahi en empezar a madurar dia 20 de agosto de 2019. Todavía le faltan unos días. Está duro a la presión. A medida que va madurando su piel sintetiza antocianinas moradas, pasando de color verde claro a rosado, y posteriormente a morado intenso.

En mi huerto y alrededores abundan los mirlos, a los que les encantan los higos. Para que no se coman el primer higo de mi higuera turca lo he protegido con esta bolsita de malla a la espera de que acabe de madurar.

Dos días después ya ha alcanzado su punto óptimo de maduración. El fruto cede un poco al apretarlo. He hecho las fotos a las 7h. de la mañana con el flash por la escasa luz.
 
Otra manera de proteger los higos del pico de las aves consiste en rodearlos con un filtro de te, que tiene una medida ideal.

Mirad que maravilla de higo. Es enorme. ¡Ha pesado 100 gramos exactos!

En tres dias ha triplicado su tamaño, llenándose de jugos, aromas y azúcares, tantos que su ostíolo se ha desgarrado por la presión interna.
 
Otros dos higos maduros fotografiados el dia 2 de septiembre de 2021.

¡Enormes! Entre los dos han superado los 200 gramos.

Al partir uno por la mitad he quedado maravillado. Es todo pura pulpa con una combinación de colores alucinante: amarillo, rosado y rojo carne. La piel es muy delgada.

 Otro higo maduro día 24 de agosto. Es todavía más grande que los anteriores.

 El ostíolo por donde entraron las avispillas.

¡Qué maravilla de pulpa! ¿Verdad?

 Si ampliáis la imagen con un doble click, podréis ver las numerosas semillas como diminutas perlas amarillas incrustadas en la pulpa, todas ellas producto de la hibridación entre un grano de polen de un cabrahigo macho y el óvulo de una flor femenina. Si las sembrásemos, obtendríamos cabrahigos como su padre mallorquín e higueras híbridas a medio camino entre sus dos progenitores con flores femeninas partenocárpicas aportadas por el genoma de su padre, hijo de una hembra mallorquina, mezcladas con flores femeninas verdaderas tipo Esmirna aportadas por el genoma turco de su madre.

Y en esta imagen tenemos la prueba fehaciente de la visita de las avispillas polinizadoras. En el centro del sicono se pueden ver los restos negruzcos de las Blastophaga psenes medio disueltos por los jugos azucarados del higo. 


Por supuesto después de hacerles estas fotos me los he comido a mordiscos sin pelar, como deben comerse los higos, pues su exocarpio morado concentra una gran cantidad de vitaminas y antocianinas antioxidantes y anticancerígenas, que son un verdadero elixir de vida. Desaprovechar la piel es una aberración gastronómica.

Me han sabido a gloria. Su pulpa tiene un sabor exquisito, un aroma delicado y único y una textura firme y carnosa. Ahora entiendo por qué los alemanes compran a Turquia toda su producción de higos Bursa Siyahi. Los consideran los mejores del mundo, y yo ahora que he probado los primeros madurados en Mallorca les doy toda la razón.

Y para que en los años sucesivos la caprificación se realice de manera natural he hecho varios injertos tipo Xip Mallorquín de Cabrahigo macho sobre varias higueras hembra. El de la imagen lo hice día 6 de agosto. Pasados dieciocho días queda claro que ha agarrado.

Y no sólo ha agarrado sino que la yema ya empieza a brotar.

Y para completar el experimento y comprobar que se ha producido la polinización he guardado dos rodajas como ésta envueltas en papel de cocina. En cada rodaja se pueden ver varios cientos de semillitas híbridas entre Cabrahigo macho mallorquín e Higuera turca Bursa Siyahi. A mediados de invierno las sembraré para ver qué sale de ellas. En caso de germinar deberé esperar entre ocho y doce años para saber el sexo de las higueritas que nazcan y el tipo de higos que produzcan.