sábado, 2 de enero de 2021

LA ÑORA, EL PIMIENTO DE CRISTÓBAL COLÓN

  El navegante trajo las semillas de la caribeña Isla La Española al volver a España de su primer viaje a Las Índias

 Cuando Colón llegó de regreso al puerto onubense de Palos de la Frontera, el 15 de marzo de 1493, fue directamente al cacereño Real Monasterio de Santa María de Guadalupe a depositar un cirio a la Virgen en acción de gracias por el éxito de la expedición. Y fue allí donde dio las semillas de la que él llamaba nueva especia de Las Indias, el pimiento, a los monjes jerónimos del monasterio. Los hermanos hortelanos procedieron enseguida a sembrarlas y, al comprobar que prosperaban y frustificaban en tierras extremeñas, les pasaron semillas a sus hermanos del Monasterio de Yuste, y éstos a su vez se las pasaron con posterioridad a los hermanos del Monasterio de los Jerónimos de San Pedro de La Ñora, en Murcia. Y de La Ñora le quedó el nombre al pimiento colombino.
 
Y no acabó en La Ñora el intercambio de semillas entre monjes jerónimos, ya que posteriormente la nueva especia americana llegó a los huertos de los monasterios andaluces de La Luz (Huelva) y de Buenavista (Sevilla) y al riojano monasterio de Santo Domingo.

Así pues este fue el camino de expansión del pimiento ñora:
 
Isla La Española, actuales Santo Domingo y Haití (Caribe)
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Monasterio de Guadalupe (Cáceres)
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Monasterio de Yuste (Cáceres)
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Monasterio de La Ñora (Murcia)
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Monasterio de Buenavista (Sevilla)
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Monasterio de La Luz (Huelva)
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Monasterio de Santo Domingo (La Rioja)
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Y de ahí al resto de España.
 
El extraño topónimo de la localidad murciana que le dio su nombre al pimiento caribeño procede del árabe andalusí al-nâ`ûra, que significa rueda hidráulica, en referencia a la noria que elevaba las aguas del río Segura para regar las tierras de la ya entonces famosa Huerta Murciana. Cuando, tras numerosas capitulaciones, sublevaciones, rendiciones, conquistas y reconquistas, unas veces por la Corona de Castilla y otras por la Corona de Aragón, unas veces enfrentadas y otras aliadas, la taifa andalusí de Mursiya pasó definitivamente a manos castellanas, con una importante población de colonos castellanos, aragoneses y catalanes mezclados con los moros murcianos esclavizados, la localidad andalusí de al-nâ`ûra pasó a llamarse LA AÑORA. Con el tiempo los descendientes de aquel mestizaje castellano-aragonés-catalán-andalusí acabaron llamándola simplemente LA ÑORA. 

A principios del siglo XIX se produjo un importante movimiento migratorio de murcianos huyendo del hambre hacia tierras levantinas y especialmente catalanas. Con ellos, en su escaso equipaje, llevaban sus amadas ñoras con las que preparaban su pimentón, condimentaban sus huevos fritos y sus ensaladas y cocinaban sus arroces rojos y naranjas y su caldero cartagenero (en esta localidad murciana llaman bolas secas a las ñoras)
 
 A su paso por Alicante algunos emigrantes murcianos decidieron echar raíces y se asentaron en tierras valencianas. De ellos procede el delicioso plato alicantino a base de ñoras llamado pericana.

Los que decidieron continuar su ascenso por la costa levantina acabaron en tierras de Tarragona. Y fruto de su integración con la sociedad tarraconense surgieron varias salsas catalanas absolutamente deliciosas, preparadas claro está con las extraordinarias ñoras de la Huerta Murciana, traidas como un tesoro por los emigrantes murcianos: la salsa Romesco, que en su origen se preparaba con pimientos cuerno de cabra, y la salsa Salvitxada, en rigor la auténtica salsa para acompañar a los Calçots en lugar de la más conocida romesco.