sábado, 4 de diciembre de 2010

Polystichum falcinellum, inventor de la guadaña

Su nombre científico lo dice casi todo de él en tres palabras, dos griegas unidas y una latina con un sufijo diminutivo: Poly-stichos falci-nellum = muchos-en fila guadañ-ita, es decir, pinnas en forma de pequeñas guadañas con muchos soros en fila. El botánico que lo bautizó, de nombre Swartz, consiguió resumir en dos palabras lo más llamativo de este tesoro vegetal,  que en todo el mundo sólo se puede encontrar en los bosques más sombríos y húmedos de la alta montaña de la Isla de Madeira. 

Bellísimo ejemplar de Polystichum falcinellum en la penumbra intensa de un bosque de pinos del Monte Poíso a 1450 msnm. Sin flash hubiera sido imposible fotografiarlo. A su lado se pueden ver varias frondes tiernas de otro endemismo maderense, la Dryopteris maderensis. (Doble click encima de la foto para ampliarla)

Es una planta inconfundible con un diseño tan característico que, una vez visto un ejemplar, jamás se puede olvidar. Antes de viajar a Madeira había visto alguna foto suya en internet, pero me había olvidado de él y no lo buscaba especialmente. Mi obsesión era encontrar el Asplenium anceps, ancestral abuelo macaronésico del helecho mallorquín Asplenium azomanes. Recorriendo y escaneando con la vista el espesísimo bosque que bordea la carretera que va a la cima del Monte Poíso, me llamaron la atención estas oscuras frondes que en la penumbra se ven casi negras. Estaban cubiertas por ramas secas y hojarasca caída de los pinos. Nada más ver sus pinnas en forma de pequeñas guadañas supe que acababa de encontrar uno de los endemismos más escasos de la flora de Madeira.

 
Fronde del ejemplar anterior con las pinnas falcadas tan características. En la parte más proximal del haz del raquis se ven páleas como pelos marrones, que son más abundantes en el envés de la fronde.

En esta foto se pueden ver las pinnas falcadas como pequeñas guadañas,  hoces o dallas, unidas al raquis por un corto pecíolo. Llaman la atención las dos aurículas de su base, más grande la que mira hacia el ápice de la lámina. (Doble click encima de la foto para ampliarla)

Detalle de las dos aurículas basales de las pinnas anteriores.

Esta imagen justifica el nombre que le dió el botánico Swartz: muchos soros en fila en pinnas con forma de pequeñas guadañas. Aquí se ven mejor las páleas del raquis como pilosidades formadas por células secas y las dos aurículas de la base de las pinnas, más grande la apical que la proximal, cada una de ellas con varios soros en su envés.

Detalle de las páleas del raquis, las dos aurículas de la base de las pinnas y los soros cubiertos por un indusio pegado en el centro en forma de paraguas (peltado), que están dispuestos en dos filas siguiendo el nervio central de la pinna, distribución que se repite en las aurículas.

El Polystichum falcinellum tiene facilidad para hibridarse con el Polystichum setiferum, dando lugar a un bellísimo híbrido con un aspecto intermedio, el Polystichum x maderense.

Imagen del híbrido Polystichum x maderense, tomada de la magnífica página web de Andrew Leonard. La hibridación ha hecho que las aurículas basales de las pinnas se hayan transformado en dos pínnulas pecioladas.  Andrew Leonard´s Fern Site


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