¿Una nueva especie? ¿Un híbrido?
La conservadora del Jardín Botánico de Sóller me contó su historia. Hace unos diez años un aficionado a la botánica de Menorca encontró en un barranco de la isla una especie de Vincetoxicum muy diferente a las dos especies habituales, la de flores negras y la de flores blancas. Este tenía las flores de un vivo color rosado con el centro blanco-amarillento. Sospechando que había encontrado un pequeño tesoro, recogió semillas y las mandó al Jardín botánico, donde procedieron a sembrarlas en la sección de plantas autóctonas de las Islas Baleares.
Flor de Vincetoxicum de Menorca fotografiada a finales de abril. Parece una pequeña estrella de mar que brilla con luz propia. ¡Qué bonita!, ¿verdad? Como puede verse las hormigas son muy golosas de su néctar y actúan como verdaderas polinizadoras.
Las semillas germinaron y tras varios años de crecimiento dieron sus primeras flores. Genéticamente hablando la planta no parece híbrida pues en teoría sus flores deberían ser integramente rosadas, a medio camino entre el granate oscuro casi negro del Vincetoxicum nigrum y el blanco ligeramente amarillento del Vincetoxicum hirundinaria.
Intrigado por saber más sobre esta Asclepiadaceae intenté encontrar información sobre ella y no hallé nada. Busqué especies de flores rosadas en Europa y la Cuenca Mediterránea y tampoco tuve suerte. Entre las fotografías sobre Vincetoxicum que muestra el buscador Google no hay ninguna parecida.
Imagen combinada con las flores de los tres Vincetoxicum.
Contacté con un profesor de botánica de la Universidad de las Islas Baleares, le hablé de esta planta y le mandé unas cuantas fotos, pero no supo decirme nada pues desconocía su existencia. Le pregunté qué nombre le podía poner para insertar las fotos en mi página web y me sugirió que provisionalmente la llamase Vincetoxicum hirundinaria var. balearicum. Si al final resulta ser una especie nueva su nombre podría ser Vincetoxicum minoricensis, como la famosa Lysimachia minoricensis ya extinta en la naturaleza. Cuando avance y se haga más fácil y barato el estudio del genoma, entonces tal vez haya sorpresas. Los genes no mienten.
En la vasta obra científica aun sin terminar sobre la Flora Ibérica sólo se mencionan dos especies en territorio español, ambas presentes en la Isla de Menorca: Vincetoxicum nigrum y Vincetoxicum hirundinaria.
Brotes nuevos del Vincetoxicum de Menorca en abril.
Hace tres años contactó conmigo por email un eminente científico francés, René Sforza, muy interesado en ver plantas de Vincetoxicum nigrum de Mallorca. Estaba haciendo un estudio de las plagas que afectan a esta planta con la finalidad de encontrar un enemigo natural que sirva para el control biológico del Vincetoxicum nigrum introducido y asilvestrado en Canadá y norte de USA, donde esta planta mediterránea ha proliferado tanto que se ha convertido en una plaga incontrolable. De nada han servido los herbicidas químicos, pues resulta ser resistente a todos.
Flores de Vincetoxicum de Menorca en mayo.
Unos días después el Profesor Sforza vino a Mallorca y le enseñé varias docenas de plantas de Vincetoxicum nigrum que crecen en las montañas de la Serra de Tramuntana. De cada una de ellas guardó unas cuantas hojas en sobres separados para estudiarlas tranquilamente una vez de vuelta a Francia. Le interesaba sobretodo encontrar algún hongo o virus patógeno para los Vincetoxicum.
Le hablé del Vincetoxicum de flores rosadas y fuimos a verlo al Jardín botánico. Me dijo que conocía decenas de especies de Vincetoxicum mediterráneas y americanas, pero aquellas flores rosadas eran desconocidas para él. Me sugirió que tal vez se trataba de un híbrido, pero que para asegurar su identidad hacía falta un estudio genético.
Fruto de Vincetoxicum de Menorca todavía inmaduro.
Cada primavera sufre la parasitación despiadada de miles de pulgones de la especie Aphis nerii.
Por suerte los pulgones respetan las flores y el Vincetoxicum puede reproducirse.
Aunque lógicamente los pulgones debilitan la planta sorbiéndole la savia, ésta es tan vigorosa que soporta perfectamente la parasitación sin daños aparentes.
Así pues esta curiosa asclepiadácea sigue siendo una desconocida para la ciencia. Nadie se interesa por ella y permanece todavía sin estudiar. No se sabe si es una especie, una subespecie, una variedad o un híbrido. Por suerte su supervivencia está asegurada gracias al Jardín botánico de Sóller que la cuida con esmero y guarda sus semillas en el Banco de Germoplasma, uno de los más ricos en especies del Mediterráneo.
Qué tesoro. Y cuánto amor alrededor. Cuán poco reconocidos, casi siempre, el compromiso y la pasión... Abrazos
ResponderEliminarEsplendida entrada.
ResponderEliminarCuantas joyas botánicas sin estudiar.
¡ Y recortando en educación!
En las montañas de Tarragona, crece esporadicamente como rupícula
ResponderEliminarVincetoxicum hirundinaria ssp. intermedium var. apodum que según la flora del Països Catalans es un endemismo, tiene las flores amarillas e inflorescencias con pedúnculo muy corto.
La especie que comentas me parece un verdadero descubrimiento. Excelente artículo como de costumbre.
Saludos.
Muchas gracias por vuestros amables comentarios, Salomé, Jesús y Agustín.
ResponderEliminarAgustín, he visitado tu web y he visto la foto del Vincetoxicum de Tarragona que mencionas. Realmente es muy diferente al Vincetoxicum hirundinaria que conozco.
Un abrazo