Hace casi 10 años, el 29 de diciembre de 2004, mi cyber-amigo portugués Sérgio Duarte, profesor de Sistemas de Computación de la Facultad de Informática de la Universidad Nova de Lisboa, gran aficionado a los frutales tropicales, me mandó 10 semillas de Grumichama del Brasil, Eugenia brasiliensis y varias de Chicozapote, Manilkara zapota.
Yo a cambio le mandé semillas de caqui silvestre o esto creía yo, pues con los años aprendí que todos los caquis asilvestrados en realidad son híbridos entre Diospyros kaki y Diospyros lotus, salvo si son hijuelos brotados de la raíz del patrón, pues en este caso son Diospyros lotus o Diospyros virginiana, sobre los que se suelen injertar los caquis en Europa. Ver entrada ---> Los caquis cultivados son hembras partenocárpicas
Germinaron todas las semillas, pero no sobrevivió ningún chicozapote, sólo dos grumichamas. Nueve años y medio después una de mis dos Eugenia brasiliensis ha madurado sus diez primeros frutos tras varios años floreciendo sin cuajar ninguno. La otra no acaba de arrancar, pero de momento aguanta bien el duro clima de Mallorca. Hasta ahora ambas han soportado los tórridos veranos mediterráneos con temperaturas máximas cercanas a 40ºC y los fríos inviernos de la costa mallorquina con alguna nevada intensa y temperaturas de -2ºC.
Grumichama del Brasil recién nacida a las 4 semanas de la siembra.
Así era hace 5 años la grumichama o cerezo del Brasil que ha fructificado. La acababa de sembrar en su lugar definitivo a pleno sol junto a una pared que la protege de los frios vientos del norte.
Abrió sus primeras flores hace 3 años. Los pétalos tienen un color blanco inmaculado. Son muy efímeras. Sólo duran medio día. En la foto no están abiertas del todo.
A las pocas horas ya están completamente abiertas.
Flores de Grumichama del Brasil en detalle. Llaman la atención los numerosos estambres blancos en forma de plumero, característica típica de todas las Myrtaceae.
Grumichama de 12 años de edad en plena floración día 31 de mayo de 2017.
Copa florida de la grumichama anterior.
Flor recién fecundada iniciando el engorde del fruto.
Los frutos maduran en tres o cuatro semanas. Una vez alcanzado su máximo desarrollo pasan de verdes a rojos en cuestión de horas.
¡Qué gozada de frutitos exóticos! ¿Verdad? Me moría de ganas de probarlos.
La pulpa es amarilla y rodea una gran semilla. El sabor es realmente exótico, ácido y refrescante. Recuerda un poco a su prima, la Pitanga o Cereza del Surinam. Ver entrada ---> Eugenia uniflora: Pitanga del Surinam
Semillas de Eugenia brasiliensis que son muy perecederas y deben sembrarse cuanto antes, pues si se deshidratan pierden rápidamente su capacidad de germinación.
Muy curiosa esa planta, con esa floración tan efímera.Por aquí nos conformamos con las cerezas del Jerte.
ResponderEliminarSaludos
Pini, las cerezas del Jerte son una delicatessen, un manjar de dioses.
Eliminar¡ Que suerte Juan, tienes una gran variedad de frutales, yo esta no la tengo . Besos.
ResponderEliminarTeresa, te conviene más la Pitanga del Surinam. Resiste mejor el frío y sus cerezas son más sabrosas. Un saludo.
EliminarQue bonita planta, disculpa cual fue tu método para hacerlas germinar?
ResponderEliminarSembrar las semillas bien frescas nada más limpiarlas de la pulpa.
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