Su larva segrega hormonas que provocan tumoraciones vegetales llamadas agallas.
El coleóptero Pericartiellus durieui (Lucas, 1846) depende tanto del Umbilicus rupestris para su reproducción, que si esta crassulácea desapareciera, él también lo haría.
Agallas provocadas por las larvas del Pericartiellus durieui en los tallos del Umbilicus rupestris. (Recomiendo ampliar las fotos con un doble click).
Su nombre científico, como ocurre con muchísimas especies animales y
vegetales, no está exento de controversia entre los entomólogos. Muchos
de ellos le dan otros nombres: Nanophyes durieui y Nanophyes lucasi,
pero parece ser que el nombre internacionalmente aceptado como válido es
el de Pericartiellus durieui. Ver European Environment Agency.
Varios ejemplares de Umbilicus rupestris con agallas. Todas las imágenes de agallas fueron tomadas a principios de mayo en una pared de piedra seca del Parc Natural del Carrascar de la Font Roja en Alcoi, Alicante. La exuberancia y la diversidad de la flora de este parque es espectacular.
La hembra del escarabajito, una vez ha sido fertilizada por un macho, busca
plantas de Umbilicus rupestris sanas y deposita sus huevos en el
interior de los tallos carnosos, justo debajo de la cutícula vegetal.
Tras realizar la puesta, a finales del verano, los adultos mueren. Termina así su ciclo vital y empieza uno nuevo.
Agallas anteriores con el detalle de la inflorescencia del Umbilicus rupestris que a duras penas se ha podido desarrollar, pues las larvas del parásito segregan hormonas inhibidoras de la floración, para asegurar así a sus agallas el aporte de prácticamente la totalidad del agua y nutrientes que suben desde las raíces del huesped.
Otras dos plantas de Umbilicus rupestris con agallas.
Agallas anteriores con el detalle de la inflorescencia inhibida por las hormonas del parásito.
En esta imagen de Umbilicus rupestris sanos con sus largas inflorescencias y sus tallos sin agallas se aprecian muy bien las diferencias con las plantas parasitadas.
En esta imagen de Umbilicus rupestris sanos con sus largas inflorescencias y sus tallos sin agallas se aprecian muy bien las diferencias con las plantas parasitadas.
Varias agallas partidas por la mitad para ver su contenido.
A principios del otoño los huevos eclosionan en el interior de los tallos del Umbilicus rupestris y la larva empieza a segregar hormonas que provocan un crecimiento exagerado y anormal de los tejidos vegetales que la rodean, como si fueran verdaderos tumores cancerosos, llamadas agallas. Este tejido tumoral sirve como alimento a la larva y al mismo tiempo la protege de la depredación de las aves insectívoras y le permite soportar el frío del largo invierno.
En la mitad derecha de esta agalla se ve la cabeza de una larva de Pericartiellus durieui y en la mitad izquierda se transparenta otra larva tras los tejidos tumorales.
Las larvas van creciendo durante el otoño, invierno y primavera alimentadas por los jugosos tejidos de la agalla, excavando galerías en ella a medida que se alimentan. A principios del verano la larva sufre una metamorfosis y se transforma en pupa.
Larva anterior señalada con una flecha.
En la parte superior de la mitad derecha de esta otra agalla se puede ver una pequeña larva blanca.
Larva anterior de unos 3 milímetros de longitud y 1 milímetro de grosor con la cabecita de color pardo y el cuerpo blanco.
Durante las primeras semanas del verano la pupa va metamorfoseando poco a poco sus órganos internos y en septiembre se transforma en un coleóptero adulto, un escarabajito diminuto de unos pocos milímetros, que abre una salida en la cutícula de la agalla y emerge al exterior. Entonces la hembra emite feromonas sexuales para atraer a los machos que vuelan hacia ella, copulan y fertilizan sus huevos. Tras la cópula los machos mueren y la hembra fecundada vuela en busca de Umbilicus rupestris sanos para depositar sus huevos, tras lo cual ella también muere. Y otra vez empieza el peculiar ciclo de su vida.
Fascinante!!! éste jardín botánico es público?. Saludos!
ResponderEliminarValeria
No, Valeria. Es un simple huerto de naranjos particular. En realidad es un Cyber-jardín, mil veces más bonito por internet que en la realidad.
ResponderEliminarUn saludo
Buenas Joan! Por aquí ando de paseo en tu jardín, qué interesante artículo, no tenía ni idea de que los Umbilicus formaran agallas, pues con lo abundantes que son por mi zona me voy a tener que empezar a fijar ;-).
ResponderEliminarSaludosss
Muy interesante Juan, no conocía el ciclo de este pequeño escarabajo.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Belén y Maribel.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Estupendo artículo sobre estas especies, tampoco yo tenía idea de la relación que tienen estos escarabajos con la planta.
ResponderEliminarGracias por todo.
Un cordial saludo.
Muchas gracias a ti, Carlos.
EliminarUn cordial saludo.
Molt interessant Juan... en la teva linia.
ResponderEliminarMoltes gràcies, Marc.
EliminarApasionante Juan. La de cosas que tenemos por delante como hablamos hace unas semanas. Gracias Juan.
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